Manual de selvicultura del
Castaño en Galicia
Índice
ÍNDICE

 

11. CUIDADOS CULTURALES PARA PRODUCCIÓN DE MADERA

11.1 TALLAS DE FORMACIÓN Y PODAS

Son dos tipos de cuidados o tratamientos culturales muy importantes en la selvicultura del castaño orientada a la obtención de madera de calidad. Se aplican casi siempre en las plantaciones que tienen el objetivo de producción de madera, siendo operaciones más infrecuentes en los montes bajos de castaño.

La talla de formación es una operación selectiva en la copa de la planta y busca formar un fuste continuo, derecho y vertical. Consiste en suprimir horquillas, dobles o triples guías, ramas muy verticales que pueden llegar a competir con la guía terminal o ramas con tendencia a engordar demasiado. No se trata por tanto de suprimir sistemáticamente las ramas bajas del tronco.

Las tallas comienzan desde que existe una suficiente dominancia apical (4º ó 5º año), y se continuarán hasta que las plantas adquieran una altura de 6-8 m con un tronco libre de las anomalías antes citadas, actuando repetidamente cada 2 ó 3 años. Es inútil actuar antes de los 4-5 años ya que esta especie emite un elevado número de brotes; sin embargo, a partir de esta edad, cuanto antes se realicen las tallas más económica y efectiva resultará la operación.

La bifurcación debería haberse eliminado hace años (izquierda), ya que se genera una herida de corte muy grande y además ahora es poco efectiva la operación (derecha).

La época más adecuada es el verano (desde mediados de Julio) y la herramienta idónea la tijera montada sobre pértiga telescópica y accionada por cuerda.

Hay que tener en cuenta en todo momento que las tallas son operaciones costosas por lo que no debe pretenderse tallar de forma pormenorizada todos los árboles de la plantación, sino más bien aquellos de mejor calidad (será suficiente obtener finalmente 400 pies/ha con buena conformación).Es inútil actuar sobre árboles con muy mala forma.

En ocasiones se puede tallar de forma sistemática, recortando o despuntando únicamente las ramas para evitar que se desarrollen excesivamente, dejando varias yemas para que continúen alimentando al árbol.

Ejemplo de talla sistemática con recorte de puntas.

Esta operación es absolutamente necesaria en las plantaciones de débil densidad (500-625 pies/ha) para obtener árboles que proporcionen madera de calidad.

La poda es la supresión sistemática de ramas cuyo objetivo es obtener en el tronco principal una altura de 6 a 8 metros libre de nudos. Alturas de poda superiores son frecuentemente antieconómicas.

Las intensidades de poda máximas oscilan ente 1/3 y 1/2 de la altura total del árbol, ya que si se supera este límite se puede llegar a mermar el crecimiento y se produce un desequilibrio entre la parte aérea y radical que el castaño trata de restablecer emitiendo numerosos brotes chupones.

Desde el punto de vista selvícola, la poda debe ser una operación progresiva y de poca intensidad, por lo que se actuará tempranamente aunque manteniendo los límites de la intensidad de poda antes comentados. Sin embargo, desde un punto de vista económico y con el fin de abaratar costes (sobre todo en plantaciones extensas) se recomienda comenzar las operaciones cuando los castaños alcanzan una altura de 8 m, momento en que pueden podarse hasta los 2 ó 3 metros.

La poda excesiva en castaño es un error que se observa muy frecuentemente.

A partir de ese momento es conveniente actuar de forma progresiva y frecuente, por ejemplo, efectuando una poda cada 2 años, alcanzando una altura total de poda de al menos 6 metros. Nunca se debe podar más de la mitad del árbol ya que se produce un desequilibrio con respecto al sistema radical al cual responde el árbol con la emisión de numerosos brotes chupones que deprecian enormemente la madera.

Esta operación es siempre necesaria en el castaño par obtener madera de calidad, aunque si la plantación se efectuó a gran densidad o el método de beneficio es el monte bajo, se produce una intensa poda natural, que disminuye notablemente el número y tamaño de las ramas a podar. De todas formas basta con podar un total de 300-400 pies/ha.

En zonas muy afectadas por el chancro (Endothia parasitica) es preferible plantar a elevada densidad y mantener la masa densa hasta la primera clara, con los que se minimiza la realización de podas y tallas de formación que son vías de entrada de la enfermedad. En todo caso, cuando se realicen deben tomarse las siguientes precauciones:

  • No podar pies afectados.
  • Intervenir en verano en período seco y sin viento.
  • Desinfectar los útiles de poda.
  • Proteger las cicatrices de poda con algún producto fungicida.

Es muy importante realizar un corte correcto, que será limpio y próximo al tronco, sin dejar muñones que posteriormente serían englobados y darían nudos muertos que depreciarían enormemente la madera. Pero se respetará el cojinete de inserción para no hacer una sección de corte excesivamente grande y facilitar la cicatrización.

La mejor época suele ser justo antes del comienzo de la actividad vegetativa, a principios de primavera, ya que la cicatrización es más rápida.

Para podar es aconsejable el empleo de tijeras manuales de mango largo, con sistema de corte tipo deslizante tradicional o tipo cizalla. Las tijeras con sistema de desmultiplicación y mangos de 70 cm permiten cortar ramas de hasta 4,5 cm, con excelente calidad de ejecución.

11.2 CLAREOS

Los clareos son cortas de mejora que se aplican a la masa cuando está en los primeros estados de desarrollo, llamados estado de repoblado y monte bravo. Debido a esta razón, en los clareos no se suelen obtener productos comerciales, salvo leñas (que son de mala calidad al arder mal, chisporretear y dar poco calor) y varas para cestería. Su realización retarda, sin embargo, el momento de realización de la primera clara y permite que ésta dé lugar a productos de valor comercial.

Clareo en un rodal de castaño en Fonsagrada (Lugo).

En el caso de monte alto, el clareo deberá ser muy fuerte y de tipo mixto o por lo alto, actuando sobre pies dominantes pero de mala forma o muy competitivos con los pies señalados como de porvenir.

En regenerados naturales por semilla, derivados generalmente de la renovación de copas en castañares de fruto o de cortas a hecho en monte alto, se produce una rápida competencia entre los pies, que hace necesario un clareo de selección, eliminando los pies con muy mala forma o muy ramosos que a menudo dominan a árboles de mejor forma y de más porvenir.

Si la densidad inicial es muy alta se podría plantear incluso la apertura de líneas desbrozadas mecánicamente de unos 3 m de ancho.

En montes bajos procedentes de cepa se recomienda un clareo a los 5-9 años, cuando la densidad inicial se ha reducido bastante por efecto de la mortalidad natural y se aprecian con facilidad los brotes dominantes. En este caso el clareo es una mera selección de brotes; sin embargo es una operación muy importante ya que al crecer con mejor vigor sólo los pies dominantes procedentes de cada cepa, siendo muy mediocre el desarrollo de los demás, la eliminación de todos los brotes inútiles da lugar a mayores crecimientos en diámetro de los pies seleccionados; además al aumentar el vigor de los brotes, éstos pueden resistir mejor los posibles ataques de chancro.

Se aconseja dejar de 1 a 5 brotes por cepa, marcando los brotes que se van a conservar, aunque las cepas que no tienen ningún brote suficientemente vigoroso o bien conformado se pueden cortar sin inconveniente. Además de tener en cuenta la vigorosidad del brote, se debe procurar que los pies que se conserven sean los que salen más cerca del suelo, los situados en la parte superior de la ladera o en la cara del tocón que da al viento dominante.

El momento más adecuado para realizar las operaciones es el fin del otoño, ya que ha caído parte del follaje, lo que deja ver la forma de cada brote y se aprecia más claramente el vigor y la posible existencia de enfermedades.

En los 2 ó 3 años posteriores al clareo surgirán nuevos rebrotes, debidos a la corta realizada anteriormente. Estos rebrotes se pueden eliminar mediante roza o con un herbicida a base de trichlopir (Garlon), en dosis de 30 gramos de materia activa en 10 litros de gasóleo.

11.3 CLARAS

Las claras son cortas intermedias de árboles que presentan ya valor comercial pero que no interesa mantener hasta las cortas finales. Son cortas que liberan el espacio que los árboles necesitan a medida que se desarrollan en altura. Resultan indispensables para tener buenos crecimientos, al concentrar en los mejores árboles la producción de madera, adelantando el momento de la corta final. Para mejorar su efectividad deberán ser por lo alto o de tipo mixto (afectan a la vez a pies del estrato dominado o intermedio y pies del estrato dominante)

La primera clara se aplicará eliminando los pies torcidos, deformes, dañados y los árboles lobo, es decir, los pies que dominan pero que no son aceptables como pies de futuro.

La realización de esta primera clara es solamente planteable en masas susceptibles de ser mejoradas con la misma, pudiéndose establecer un límite superior de edad para las claras de 15 años para el monte bajo y 20 para monte alto. Por encima de esta edad la realización de primeras claras da lugar a la aparición de chupones con gran facilidad y en el caso de monte bajo se produce una elevada mortalidad de los brotes que se dejan.

Las claras siguientes se harán a favor de los pies de porvenir, que se deben designar previamente (claras de selección positiva), y se eliminarán los pies que más compiten con los que se han designado como árboles de futuro o a reservar hasta las cortas finales. Serán claras por lo alto o mixtas, porque las realizadas por lo bajo tienen poco efecto sobre la reducción de la competencia y además, los pies cuyas copas conforman el estrato inferior de la masa constituyen un acompañamiento muy útil, puesto que protegen y mantienen en sombra los troncos de los árboles de porvenir. En el marcaje de la clara se debe actuar de tal forma que se deje al menos un metro de espacio alrededor de las copas de los pies de porvenir.

En zonas afectadas por chancro es recomendable señalar con pintura los pies afectados, que serán aprovechados en último lugar, cuidando de realizar el aprovechamiento en tiempo seco y poco ventoso, no trocear las zonas cancerosas, desinfectar la cadena de la motosierra con alcohol y sacar las trozas que porten un chancro para quemarlas lo antes posible.

11.4 DESIGNACIÓN DE ÁRBOLES DE PORVENIR

En la selvicultura del castaño, como en la mayoría de las frondosas productoras de madera de cierta calidad, es recomendable realizar una selección de pies de porvenir, que son aquellos que tienen mejor forma e interés de cara al futuro, por lo que se reservarán para las cortas finales.

Los pies de porvenir se elegirán fundamentalmente por criterios de vigor, serán árboles del estrato dominante, con copa equilibrada, fuste recto, sin defectos, taras o enfermedades. Además, pero supeditado a lo anterior, se tratará de buscar una distribución lo más regular posible de pies en el terreno.

Los pies se elegirán cuando la diferenciación en el monte de los individuos según las posiciones de sus copas (dominantes, codominantes, intermedios y dominados) se pueda efectuar de forma inequívoca y cuando se tenga cierta seguridad de que los elegidos seguirán manteniendo su vigor y calidad de forma. En el monte bajo se tendrá además en cuenta que el brote conservado presente una buena inserción sobre la cepa, que no presente una excesiva esbeltez, que podría afectar a su estabilidad individual en un futuro (el cociente entre la altura total y el diámetro normal del árbol, que es una medida de la esbeltez, no debe ser superior a 100), y que presente crecimientos en diámetro importantes (del orden de 1 cm/año).El número de árboles de porvenir a elegir para un objetivo de producción de madera de calidad oscilará entre 150 y 250 pies por hectárea. Su elección se realizará a los 18-20 años en caso de masas procedentes de plantaciones y se adelantará a los 10-13 años si la masa procede de brotes de cepa.

Una vez elegidos los árboles de porvenir, éstos se marcarán con pintura y posteriormente se efectuarán las claras a su favor, evitando a toda costa daños en los mismos.

La evolución de una masa densa sin claras se caracteriza por un desarrollo anárquico de los árboles, donde los de peor forma y dominantes, árboles lobo, pasan a ocupar la mayor parte del espacio , llegando a la corta final demasiados árboles delgados y mal formados

Evolución de una masa con claras: Al principio la masa se comporta igual que antes de la clara pero los árboles lobo y los de peor calidad son cortados desde su aparición. Se le da espacio vital a los árboles más adecuados, llegando a la corta final con menos árboles pero de mucha mejor calidad, que se pagarán a mayor precio.

11.5 OTROS CUIDADOS CULTURALES

Como ya se ha comentado, una buena parte del éxito de la repoblación con castaños está condicionada por la sequedad del clima en los dos años posteriores a la plantación. Por tanto, en pequeñas superficies con objetivo de producción de fruto (a muy baja densidad) se puede considerar el riego durante el verano en los primeros años. En los años sucesivos también se puede plantear esta actuación para aumentar la producción de castaña, siendo el más adecuado el riego por goteo o por aspersión bajo follaje. Si el objetivo es la producción de madera el riego es inviable debido a la mayor densidad inicial.

En plantaciones para fruto también son factibles los abonados a hecho posteriores a la repoblación.

anterior siguiente