Manual de selvicultura del
Castaño en Galicia
Índice
ÍNDICE

 

13. SELVICULTURA EN MONTE BAJO

13.1 INTRODUCCIÓN

Antiguamente, los turnos aplicados eran variables con la finalidad del aprovechamiento, de 5-6 años para cestería y aros y de 15 a 25 años para duelas o taninos. Con la desaparición progresiva de estos usos tradicionales de la madera procedente de los montes bajos, se está produciendo una tendencia a prolongar los turnos con la finalidad de obtener madera para sierra con destino final para carpintería y ebanistería.

El aprovechamiento del monte bajo parte del hecho de que el castaño tiene una gran capacidad para producir numerosos brotes vigorosos, incluso a partir de cepas muy viejas, tales como las de los viejos ejemplares para fruto. Para que las cepas se mantengan vigorosas y sanas durante mucho tiempo, la sección de corte debe ser de forma convexa (para evitar acumulaciones de agua en el interior del tocón que puedan dar lugar a su pudrición) y realizarse limpiamente, sin desprendimiento de corteza y lo más próxima posible a la base (por el cuello de la raíz) para minimizar el riesgo de que el brote se desgaje con el viento.

Rebrote de cepa abundante tras corta de tallar en castaño en Pola de Lena (Asturias).

La corta se efectuará durante la época de reposo vegetativo, debido a que en esta época las reservas de la planta son mayores y se favorece el vigor del brote. Después de la corta del árbol adulto, cada cepa o trenca produce de 8 a 15 brotes (chirpiales) alrededor de la misma, que tienen tendencia a individualizarse formando su propio sistema radical. Esta tendencia deberá fomentarla el selvicultor en lo posible eliminando las cepas originales (semipodridas) cuando hayan pasado varias rotaciones; este fenómeno se denomina traslación de cepas y es importante para que tenga lugar una sucesiva renovación del castañar.

El crecimiento inicial de los brotes es mucho más intenso (hasta 2 metros por año) que en el caso de las plantas utilizadas en repoblaciones de monte alto debido a que el brote aprovecha el potente sistema radical de la planta original. A partir del brote, la mortalidad natural entre los chirpiales es muy intensa debido a la competencia, reduciéndose enormemente el número de brotes durante los primeros 10 años.

No existen modelos que describan la evolución de la altura dominante con la edad elaboradas a partir de datos procedentes de Galicia, pero se pueden tomar como referencia las existentes para Asturias. En la tabla siguiente se puede apreciar dicha evolución para las 5 calidades establecidas:

Tabla11. Evolución de la altura con la edad para las calidades de estación definidas en Asturias.

Rodal de monte bajo de castaño antes de la selección de brotes (izquierda). Evolución del tallar tras selección de brotes hasta dar lugar a un fustal sobre cepa productor de madera de buenas dimensiones (centro y derecha).

La elección del objetivo de producción dependerá de la calidad del monte bajo del que se parte, que viene determinada básicamente por el vigor de los brotes (relación altura- edad), aunque existen además otras características indicadoras de la calidad como el aspecto de la corteza, que en pies jóvenes debe ser lisa y brillante, no apareciendo ritidoma hasta los 20 ó 25 años, la ausencia de brotes chupones, el buen estado sanitario de las cepas y la ausencia de acebolladura.

Los esquemas de selvicultura más actuales y acordes con las demandas y exigencias del mercado buscan la obtención de madera de calidad de unas ciertas dimensiones pudiéndose, sin embargo, plantear dos alternativas bien diferenciadas: producción de madera delgada o producción de madera gruesa para sierra.

Los dos esquemas que se presentan a continuación sólo pueden aplicarse a montes bajos de menos de 15 años, en los que las mejoras selvícolas pueden aún surtir su efecto. En caso de montes bajos de mayor edad, las soluciones recomendables son:

Corta a matarrasa a los 30-35 años, si el monte bajo posee buenas existencias y madera gruesa comercializable.

Si las existencias son bajas o el monte bajo es de mala calidad se puede proceder a su resalveo o bien no actuar hasta la corta final a los 25-30 años.

13.2 ESQUEMA SELVÍCOLA PARA PRODUCCIÓN DE MADERA DELGADA

El esquema siguiente se adaptaría bien a calidades de estación intermedias (calidades 3, 4 y 5 de las definidas anteriormente). Los riesgos financieros son pequeños, pero deben existir mercados para los productos obtenidos, que serán de pequeña dimensión.

Tabla12. Esquema selvícola para producción de madera delgada.

13.3 ESQUEMA SELVÍCOLA PARA LA PRODUCCIÓN DE MADERA GRUESA PARA SIERRA

La producción de madera gruesa exige la realización de claras periódicas (resalveos) con las que lleguemos a un monte bajo con aspecto de fustal que se denomina fustal sobre cepa por proceder el árbol del brote de una cepa.

Este esquema es factible con estaciones buenas o excelentes (calidades 1 y 2). Es un esquema poco flexible al ser difícil cambiar de objetivo durante el tratamiento y debe existir un mercado para los productos intermedios. Sin embargo, el mercado de los productos finales está asegurado y las rentabilidades son importantes.

Tabla13. Esquema selvícola para producción de madera gruesa.

La edad selvícolamente recomendable para aplicar los resalveos necesarios para la consecución de madera de calidad está entre los 7-12 años, dependiendo del vigor. Si se realiza demasiado pronto existe el riesgo de que el rebrote alcance a los pies dejados en pie. Debe escogerse una edad lo más avanzada que se pueda para incrementar el valor de las claras, pero no demasiado tarde porque en ese caso crecimientos de los árboles de porvenir serán bastante ralentizados por la competencia.

El rebrote a partir de las cepas cortadas tiende a formar un sotobosque que ayuda a la poda natural del castaño al mantener el fuste en sombra. Es importante mantener este sotobosque y, si es necesario, introducirlo para restringir el crecimiento de los brotes epicórmicos que normalmente se desarrollan cuando el castaño es sometido a claras fuertes.

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