Manual de selvicultura del
Castaño en Galicia
Índice
ÍNDICE

 

14. CUIDADOS CULTURALES DE LOS SOUTOS

14.1 INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente el castaño en Galicia ha estado fuertemente ligado al medio rural, constituyendo un elemento básico en la alimentación hasta que fueron introducidos otros cultivos, como el maíz y la patata. Actualmente, las plantaciones de castaño para fruto en Galicia se realizan de forma muy esporádica, plantándose incluso árboles aislados.

La mayor parte de los soutos se encuentran abandonados y la castaña que en ellos se produce no se aprovecha comercialmente. Su madera, de baja calidad debido a la mala conformación de los pies, tampoco resulta aprovechable.

En la actualidad, la principal estrategia para efectuar plantaciones productoras de castaña pasa por la recuperación, renovación y potenciación de los soutos ya existentes, para lo que se requieren actuaciones como desbroces, podas, selección de pies y replantaciones, entre otras.

Ahora bien, un requisito indispensable para la recuperación de los soutos es generar una demanda aceptable y sostenida de la castaña en el mercado, consiguiéndose de esta manera que sean los mismos propietarios quienes potencien las plantaciones frutales y la renovación de los soutos, asegurando la persistencia de estas masas.

Souto de castaños en la variedad Lemos, en Fonsagrada (Lugo).

14.2 OBJETIVO: PRODUCCIÓN DE CASTAÑA DE CALIDAD

Una de las premisas para la obtención de buenos rendimientos en la plantación de castaño para fruto es la calidad de la castaña, que depende principalmente de la variedad o variedades empleadas. Hoy en día existe un amplio conocimiento de los principales cultivares tradicionales gallegos disponibles y de sus características ecológicas y de aprovechamiento. Sea cual sea la variedad elegida, existen una serie de caracteres a tener en cuenta para evaluar la calidad de la castaña, que a su vez condiciona el uso final que se le dará al producto.La mayor parte de los soutos se encuentran abandonados y la castaña que en ellos se produce no se aprovecha comercialmente. Su madera, de baja calidad debido a la mala conformación de los pies, tampoco resulta aprovechable.

De modo general, el carácter más importante es la tabicación. A menor tabicación, mayor calidad. Cuando menos del 12% de los frutos está tabicado, la variedad se denomina marrón. Las variedades consideradas como marrón deben además presentar un grueso calibre (40-65 frutos/Kg) y forma globular y ligeramente triangular, constituir lotes homogéneos y tener un fácil pelado. Otras características importante son el calibre, la facilidad de pelado y el sabor, éste último especialmente para consumo en fresco y al natural (conservas). Las características a tener en cuenta para cada tipo de uso se recogen en la siguiente tabla:

Tabla15. Características a tener en cuenta según el uso de las castaña.

Debemos también señalar que la precocidad de la producción es muy bien valorada en el mercado, lo que hace interesante considerar el posible uso del castaño japonés, más precoz que el europeo. Ahora bien, el castaño europeo es la especie de mejores características para fruto, aunque algunos cultivares del castaño japonés también pueden ser interesantes por su grueso calibre y su carácter marrón y están siendo objeto de selección desde hace unos años en Francia.

14.3 CUIDADOS CULTURALES DEL CASTAÑO PARA FRUTO

14.3.1 El injerto

Necesidad de injertar

Cuando se va a establecer una plantación para producción de castaña, los árboles que la componen han de ser injertados con variedades que produzcan castañas de calidad, pues el castaño silvestre raramente produce castañas de interés comercial. La práctica del injerto es útil asimismo para rejuvenecer variedades viejas o sustituir, mediante reinjerto, una variedad que ya no nos interesa. En el castaño, es especialmente importante realizar el injerto sobre patrones híbridos resistentes a la tinta en aquellas zonas en las que es previsible el ataque de esta enfermedad.

En las plantaciones para producción de castaña es aconsejable disponer de árboles injertados con distintas variedades. De esta forma, si la producción de alguna de las variedades no es buena en un año concreto debido a problemas en la polinización, otras variedades pueden compensar esta pérdida, puesto que la época de polinización no es la misma para todas las variedades. En cualquier caso, cuando se usa una sola variedad, es adecuado poner algunos pies dispersos de otra variedad en la plantación.

El injerto se lleva a cabo frecuentemente sobre patrones ya establecidos en plantación, aunque también es posible establecer la plantación con planta que ya viene injertada del vivero.

En el caso más general, el injerto se realiza a los 3-4 años de la plantación, cuando los patrones se han adaptado y tienen un buen sistema radical. En el caso de que la plantación se establezca a partir de rebrotes de cepa, el injerto se puede realizar al año siguiente del recepado, puesto que el sistema radical del patrón ya está totalmente desarrollado.

Cuando el injerto se realiza sobre la plantación ya establecida, los patrones pueden ser tanto jóvenes como adultos (incluso muy viejos, si son vigorosos). En árboles adultos, se debe preparar el patrón desde un año antes de la realización del injerto, mediante la corta de ramas gruesas (fradar) para favorecer la emisión de brotes sobre los que se injertarán las púas.

Si la plantación se establece con planta injertada previamente en vivero, el injerto debe haber sido realizado en la misma época en todas las plantas del vivero, para que la plantación se desarrolle uniformemente. Asimismo, el número de plantas producidas debe ser superior al que se necesitará para la plantación, para poder reemplazar las posibles marras. Los patrones exigen una cierta preparación, como la poda previa de los brotes en los puntos en que se desea efectuar el injerto.

Generalidades sobre púa y patrón

Al realizar el injerto es preciso que el vigor de púa y patrón sean semejantes, dado que el patrón y la púa intercambiarán sus elementos nutritivos tras la unión. Si injertamos una variedad vigorosa sobre un patrón débil, la púa se desarrollará con dificultad, y si injertamos una púa poco vigorosa sobre un patrón vigoroso, la abundante savia de éste ahogará a la púa.

Las púas han de obtenerse de árboles sanos, frondosos, productivos y preferiblemente de una edad intermedia, a partir de ramillos de un año de la parte media del árbol, maduros y de vigor moderado (comienzo de la actividad vegetativa). Deben tener al menos una yema susceptible de desarrollarse, y a veces varias. Los árboles que han de proporcionar las púas se podan en años alternos, con el fin de permitir que las yemas que portan maduren completamente.

Por lo general, las púas se cortan desde enero hasta marzo. Si las púas se recogen durante el invierno, en día seco y no muy frío, se atan en grupitos y se estratifican en arena conservándose entre 1 y 3º C. La estratificación prolonga el reposo vegetativo y conserva las púas en perfectas condiciones hasta el momento del injerto.

Tipos de injerto

Injerto de hendidura o de cuña

Se realiza desde fines de febrero a mediados de marzo. Se utilizan púas de 10-15 cm, que portan 2-3 yemas. Después se corta la base de la púa en forma de cuña sobre una longitud de 2-3 cm, comenzando a la altura de una yema colocada en el dorso de la púa.

Preparada así la púa, se corta horizontalmente el patrón y sobre este corte se practica una hendidura vertical de unos 6 cm de profundidad que pasa por el centro del tronco. En esta hendidura se introducirá la base de la púa, asegurándose de que ésta queda apretada y que los cambium de patrón e injerto queden en íntimo contacto. Por último se ata, cubriendo con un mástic la zona de unión.

Esquema del injerto en hendidura.

Injerto de corona

Se realiza en abril-mayo. En este tipo de injerto, las púas se insertan bajo la corteza del patrón. Tras serrar el tronco horizontalmente u oblicuamente por encima de la superficie del suelo, se insertan una o más púas con 2-3 yemas y una de sus caras cortada en lengüeta en la base. Las púas se insertan con la parte cortada mirando hacia adentro, asegurándose una vez más que su cambium entra en contacto con el del patrón.

Esquema del injerto en hendidura.

Injerto de canutillo

Esquema del injerto en canutillo.

Injerto de yema o escudete

Puede hacerse en primavera y en otoño. Se denomina de esta forma porque el injerto está compuesto de una placa o escudete de corteza que lleva en su parte central una yema. El patrón se prepara haciendo una incisión en T sobre la corteza, insertando en su interior el escudete. Es particularmente utilizado para sujetos o ramas jóvenes, de uno a tres años de edad, de corteza delgada, lisa y tierna.

14.3.2 TALLAS DE FORMACIÓN Y PODAS

Las tallas de formación y las podas tienen como objetivo elevar la copa por lo menos a unos 5 m de altura, para poder conseguir una copa amplia y abierta en el centro, de manera que su producción sea máxima. Es obvio que la variedad injertada va a influir en la forma de la copa pero con estos tratamientos podemos adaptarla a nuestro interés. Intentaremos además que estos primeros metros sean maderables de este modo obtendremos un rendimiento económico adicional cuando decidamos renovar el árbol.

14.3.3 CUIDADOS CULTURALES DE RECUPERACIÓN

Los soutos de poca producción, ya sea por la degradación ha que se han visto sometidos por el abandono, ya porque las variedades no son interesantes, deben ser transformados para la producción de la castaña. Las actuaciones que se llevarán a cabo para la renovación dependerán del estado de degradación del souto así como de la calidad de las variedades existentes.

Souto degradado en Fonsagrada (Lugo).

Cuidados culturales de soutos muy envejecidos

En los soutos muy envejecidos, en los cuales se presentan muchos pies con el tronco podrido (carocas), el trabajo más adecuado es el recepado, seguido de la selección de brotes con los siguientes criterios:

1. El primer invierno:

  1. Si el rebrote de cepa es vigoroso la transformación se lleva a cabo recepando muy bajo. El corte del tocón debe ser muy convexo para que discurra el agua y evitar posibles pudriciones. En la selección de brotes se mantendrán preferentemente:
    • Los brotes más externos de la cepa ya que éstos desarrollan y forman el sistema radical independiente del tocón.
    • Los brotes situados en la parte superior de la cuesta ya que debido a su mejor anclaje, son menos susceptibles al derribo por causa del viento.
    Los brotes de un año pueden ser injertados con la variedad más adecuada y se efectuará muy bajo en el brote. El injerto de canutillo es un método que funciona muy bien en estos casos.
  2. Si el rebrote de cepa es muy débil o la densidad baja es aconsejable cortar el souto y realizar una nueva plantación.

2. En la segunda primavera se injertarán dos o tres brotes con la variedad que interese, dejando algún brote de reserva por si fallan los injertos.

3. Si los injertos no han dado problemas se cortarán en invierno los brotes de reserva y ya podemos empezar a aplicar tallas de formación a los brotes injertados para ir formando la futura copa.

4. Al invierno siguiente se cortarán los injertos que no interesen y seguiremos aplicando tallas de formación, para que el árbol desarrolle una copa amplia y abierta en el centro.

14.3.3.2 Cuidados culturales de soutos degradados

La causa principal de la degradación de los soutos es la falta de unas podas adecuadas, aunque también debemos tener en cuenta el mayor o menor interés de las variedades.

En algunos casos puede ser suficiente la limpieza de los chupones, eliminación de ramas secas o muy sombreadas y podas de cierta intensidad para aclarar el centro del árbol.

Si gran parte de la copa estuviera seca o se ha perdido la variedad, debemos recurrir a fradar el árbol, eliminando toda la copa y conservando parte del armazón. Normalmente después de la fradía se injertará con muchas púas; el tipo de injerto puede ser bien de corona o hendidura si se realiza a continuación de la fradía bien de canutillo si se efectúa al año siguiente sobre los brotes que surgen del pie bravo. Con posterioridad (dos o tres años) se lleva a cabo la selección de brotes y las tallas de formación.

14.3.4 CUIDADOS CULTURALES DE MANTENIMIENTO

En este caso se trata simplemente de mantener el souto lo más limpio posible. Para ello eliminaremos tanto el matorral como las ramas secas.

Es aconsejable eliminar la hojarasca antes del invierno para facilitar las labores de recolección de la castaña al año siguiente. De esta manera también se contribuye a mantener el souto en buen estado sanitario.

anterior siguiente