Manual de selvicultura del
Castaño en Galicia
Índice
ÍNDICE

 

7. REPOBLACIÓN CON CASTAÑO

7.1 INTRODUCCIÓN

Desde el punto de vista de la calidad genética, el material vegetal que se emplee en la plantación de castaño debería garantizar como mínimo: la adaptación de las plantas a las características ecológicas de la zona de plantación, presentar buenas aptitudes para madera, fruto o ambas características simultáneamente (en función de los objetivos de la plantación) y ser resistente a las principales enfermedades.

El establecimiento con éxito de la plantación es el principal objetivo del proceso de repoblación forestal, pero las dificultades al cumplimiento de este objetivo son muchas: la existencia de factores microclimáticos específicos en el lugar de plantación y potencialmente perjudiciales para la misma, como heladas, golpes de calor o vientos, la competencia de la vegetación circundante, los daños producidos por animales, el uso de procedimientos de plantación incorrectos o el empleo de planta mal conformada y/o en mal estado fisiológico.

Los procedimientos de repoblación empleados se basan generalmente en el transplante de planta procedente del vivero a su lugar definitivo en monte siguiéndose las tres fases tradicionales de desbroce, preparación del terreno y plantación. La siembra directa de castaña en monte está desechada.

7.2 DESBROCE

El desbroce es necesario para reducir la competencia de la vegetación preexistente sobre nuestra planta y para disponer de un espacio adecuado donde posteriormente efectuar la preparación del terreno y la plantación. El castaño es una especie sensible a la competencia por el agua y los nutrientes que ejercen el matorral y las herbáceas, por lo que en general los desbroces previos a la plantación serán intensos.

En las parcelas de monte aptas para repoblar con castaño va a existir matorral denso y de elevada talla de tojo y xesta, con presencia ocasional de helechos, zarzas y brezos. En estos casos, el procedimiento de desbroce más indicado es el mecanizado, utilizando un tractor con apero desbrozador-triturador de cadenas o martillos. En caso de que, por las particularidades de la finca (pendiente elevada o frecuentes afloramientos rocosos) la mecanización no sea posible o no compense económicamente (pequeña superficie), se realizará un desbroce manual con motodesbrozadora portátil o de mochila trabajando por fajas para abaratar el coste de la operación o abriendo huecos puntuales para la posterior preparación del terreno.

Si la vegetación es de fental o xesteira, cuya competencia es intensa sólo por luz, pueden realizarse desbroces menos intensos y generalmente por fajas, de tal forma que el matorral ejerza un acompañamiento lateral a las plantas de castaño. Esta presencia ejerce un efecto positivo sobre el castaño defendiendo a las plantas del viento y los golpes de sol y manteniendo el suelo más húmedo, además de proporcionar un mayor efecto de espesura, lo que mejora la forma futura de las jóvenes plantas.

En terrenos agrícolas abandonados, con matorral de poca talla o con vegetación herbácea, se puede realizar desbroce y preparación del terreno simultáneos mediante desfonde con vertedera o usando gradas de discos pesadas. La fresadora no es aconsejable, ya que al cortar y dividir en partes las raíces provoca una fuerte reinvasión de herbáceas rizomatosas. En cualquier caso, con ambos métodos es previsible la reinvasión de herbáceas, que provocan graves problemas de competencia por agua y nutrientes, circunstancia a la que la especie es especialmente sensible. En estos casos es recomendable, el empleo, antes del alzado de algún herbicida de baja persistencia en el suelo y poco residual, como el glifosato, o la aplicación tras el laboreo de un herbicida preventivo a base de atrazina.

7.3 PREPARACIÓN DEL TERRENO

Una preparación adecuada del terreno es indispensable para establecer una plantación de castaño con garantías de éxito. En terrenos agrícolas abandonados de escasa pendiente (<20 %) y reducida pedregosidad, la preparación más conveniente es el laboreo pleno, que debe acompañarse de un subsolado, preferiblemente cruzado, si a menos de 60 - 80 cm de profundidad existen horizontes compactos o roca disgregable. En todo caso, estas operaciones serán de obligada realización en el caso de repoblaciones con objetivo frutal. El laboreo puede ser un desfonde con arado de vertedera o bien mediante grada pesada de discos, que puede realizar una labor simultánea de desbroce si el matorral es de poco tamaño y escaso o si la vegetación presente en la parcela es herbácea.

Si las condiciones de pendiente, profundidad de suelo o pedregosidad imposibilitan el laboreo se recurrirá al subsolado, preferiblemente cruzado. Los rejones del subsolador pueden llevar acopladas unas orejetas (placas triangulares soldadas) en su tercio superior, lo que permitirá dejar ya el hoyo parcialmente abierto. La preparación por subsolado suele exigir el posterior acondicionamiento de casillas antes de plantar, que se prepararán en función del marco de plantación previsto.

Bulldozer efectuando la preparación del terreno por subsolado lineal.

El subsolado produce un efecto de rotura del suelo a elevada profundidad que es muy positivo en la mayor parte de las especies utilizadas en repoblaciones forestales, y muy especialmente en el caso concreto del castaño, pues mejora sustancialmente las condiciones del suelo en tres aspectos fundamentales:

  • Reduce la compactación, favoreciendo la penetración radicular y la aireación del suelo.
  • Aumenta la profundidad útil del perfil, favoreciendo una mayor capacidad de prospección de las raíces de las plantas a introducir, lo que mejora sus posibilidades de arraigo y desarrollo. Esta cuestión es de la máxima importancia, ya que las plantas puestas en monte van a sufrir un estrés acusado debido al transplante, y la supervivencia durante los primeros años dependerá del adecuado desarrollo de la raíz en profundidad, que permite a la planta escapar en buena medida de la gran competencia que las herbáceas o el matorral ejercen en superficie.
  • Mejora el drenaje, aspecto muy a tener en cuenta para prevenir ataques del hongo causante del mal de la tinta.

Para conseguir un subsolado efectivo, éste deberá efectuarse siempre en tiempo seco, para que el efecto de rotura y el mullido de la zona afectada por la labor del rejón sea mayor. Los límites de pendiente para el desplazamiento del tractor de cadenas son del 35 % en curvas de nivel y del 60 % en máxima pendiente, lo que nos orienta sobre la dirección de trabajo que habrá de seguirse. En pendientes del 35 al 60 %, si se quiere operar en curvas de nivel, se deben acoplar los rejones de subsolado a un tractor todo terreno de alta estabilidad (TTAE) que permite nivelaciones de cabina con pendientes de hasta el 60 %. Cuando se opera en máxima pendiente en pendientes del 35-60 %, se suelen producir canalizaciones de agua por la línea de subsolado que provocan erosión del suelo. Este problema puede reducirse levantando los rejones en un trayecto de 2 m por cada 20 m de subsolado. Aún así, si el riesgo de erosión es importante, será necesario hacer una preparación puntual, realizando ahoyado con tractor de cadenas tipo bulldozer al cual se le implementan en los rippers unas alas en el tercio superior y una cuchara en la bota, lo cual permite la apertura de hoyos de hasta 125 litros de una buena calidad.

Sólo en casos concretos en que no compensa el empleo de maquinaria, por problemas de afloramientos rocosos o de pendiente o escasa superficie a repoblar, se procederá a la apertura manual de hoyos, con unas dimensiones mínimas de 40 x 40 cm y una profundidad mínima de 40 cm y preferiblemente 60 cm. El ahoyado manual es la técnica más frecuentemente empleada por el propietario privado para plantar sus pequeñas parcelas. Actualmente se pueden realizar los hoyos con motoahoyadoras manejadas por dos operarios en terrenos poco pedregosos, lo que exige el destepe previo con azada de la capa superficial de raíces.

El ahoyado como técnica de preparación en montes de mayor superficie se ha de realizar de forma mecanizada si las condiciones lo permiten, pudiéndose abrir los hoyos con barrenas helicoidales acopladas a la toma de fuerza de un tractor (en terrenos no pedregosos) o a retroexcavadoras de cazo estrecho, de 40 cm.

La época ideal de preparación del terreno es el verano, dejando los hoyos abiertos por lo menos dos meses, para favorecer la mineralización de la materia orgánica y para que el terreno se desmenuce y asiente, de tal forma que durante la plantación no queden bolsas de aire al rellenar el hoyo, lo que haría secar la planta.

7.4 PLANTACIÓN

7.4.1 Densidad de plantación: alternativas posibles

La elección de la densidad de plantación es una cuestión de la máxima importancia, por sus implicaciones selvícolas y económicas. Desde el punto de vista selvícola, la densidad de la plantación está condicionada por la calidad de estación y por la calidad del material vegetal a emplear, ya que de estos factores depende la velocidad de crecimiento posterior. Desde el punto de vista económico, la densidad se decidirá en función del coste y del objetivo preferente de la plantación, con mayores densidades cuando se quieren obtener fustes rectos, y densidades menores cuando se quieren árboles de copas amplias y bien iluminadas para la producción de fruto.

A continuación se citan las densidades más apropiadas en función de los tres objetivos preferentes en las plantaciones de castaño (fruto, madera y mixto):

Plantaciones para fruto

Las plantaciones frutales se establecen a marco definitivo, con espaciamientos muy amplios entre plantas, desde 10 x 10 hasta 12 x 12 metros (que equivalen a unas densidades de plantación de 100 y 70 pies/ha, respectivamente). Estos marcos favorecen la formación y el desarrollo de copas globosas y bien soleadas, necesarias para la obtención de castañas en cantidad y tamaño adecuados. Densidades mayores provocarían competencia entre copas, que tenderían a desarrollarse más en el plano vertical, disminuyendo a su vez la luz que llega a las partes bajas de la copa, obteniéndose menores producciones.

Aspecto morfológico típico del castaño para producción de fruto.

Plantación de castaño con marco amplio para producción de fruto .

 

Plantaciones para madera

En las plantaciones para producir madera se pretende lograr la cobertura del suelo en un tiempo lo más breve posible, con lo que, al mismo tiempo que las copas de los árboles ejercen un control sobre el matorral se favorece el desarrollo de fustes rectos y con ramas finas. El tiempo necesario para cubrir el suelo depende del espaciamiento inicial de la plantación, de la calidad de estación y del potencial de crecimiento de la planta. Los marcos más amplios requerirán una mayor calidad de estación (que se puede mejorar en cuanto al suelo con una preparación del terreno esmerada y con la aplicación de fertilizantes) el uso de planta de buena calidad y la aplicación de cuidados culturales precisos y frecuentes, como tallas de formación, podas o protección de los árboles contra daños de la fauna. Cuando el selvicultor no tiene la seguridad de dispensar este tipo de cuidados intensivos o cuenta con plantas de baja calidad, es preferible usar mayores densidades de plantación a pesar del mayor costo inicial.

Son también recomendables las densidades altas en zonas afectadas por el chancro del castaño con el fin de minimizar las tallas de formación y las podas, que favorecen la infección por el hongo a través de las heridas.

En resumen, las densidades propuestas en las plantaciones para producción de madera son muy superiores a las de las plantaciones frutales, lo que conlleva un encarecimiento de la plantación, especialmente por el precio de la planta. A la vista de esto se plantean tres alternativas posibles: plantaciones puras de alta o baja densidad, y plantaciones mixtas de alta densidad.

Aspecto morfológico típico del castaño para producción de madera.

Plantaciones puras de alta densidad

Esta alternativa consiste en adoptar marcos reducidos (3,5 x 2 m; 3,5 x 3 m; 3,5 x 3,5 m y 4 x 2 m, correspondientes a densidades de 815 a 1430 pies/ha) usando solamente planta de castaño. En todos los casos se debe mantener un espaciamiento de al menos 3,5 metros en una de la direcciones del marco para poder mecanizar las operaciones de desbroce posteriores sin riesgo de dañar a los troncos en la base, lo que puede facilitar la infección por hongos de pudrición o por el chancro.

Plantación de castaño a marco reducido (3,5 x 2 m)

Desde el punto de vista selvícola y para un objetivo preferente de producción de madera, las plantaciones a alta densidad derivadas de marcos reducidos se pueden considerar idóneas, ya que permiten una selección posterior de los mejores pies, una ocupación más rápida del terreno, con una reducción del número de desbroces, y un efecto de educación de la masa, induciendo formas más rectas y menos ramosas en los troncos. Como inconveniente, se produce un incremento sustancial del gasto de plantación, derivado de la mayor cantidad de planta necesaria, así como unos costos adicionales en la realización de clareos y claras posteriores.

Plantaciones mixtas (con varias especies) en alta densidad

Con esta alternativa se trata de adoptar marcos reducidos, alternando una fila de conífera con otra compuesta por castaño o por mezcla pie a pie de ambos. Se recomienda considerar dos especies en la mezcla y como mucho tres.

La introducción de una conífera proporciona una elevada densidad inicial, con los mismos beneficios para el castaño que en el caso anterior, pero con las siguientes ventajas selvícolas y económicas adicionales:

  • Las coníferas son por lo general más frugales y tienen mayor crecimiento inicial, por lo que el efecto de educación del castaño queda asegurado.
  • Se abarata el coste de la repoblación, debido al menor precio de la planta de conífera.
  • El turno de corta más reducido de la conífera permite obtener ingresos a menor plazo.

A la hora de elegir la especie acompañante se deberán considerar los siguientes aspectos:

  • Que se adapte a las condiciones estacionales donde se quiere implantar el castaño.
  • Que tenga un crecimiento en altura similar o ligeramente superior al del castaño, al menos durante los primeros años, es decir, que ejerza competencia lateral por luz pero sin llegar a ahogarlo.
  • Que ofrezca una protección lateral eficaz.

De lo anterior se desprende que las especies más aconsejables para Galicia serán el pino del país (Pinus pinaster), en altitudes inferiores a los 800-900 m y probablemente Pinus sylvestris y Pinus nigra ssp. corsicana en las zonas de montaña. El pino radiata tiene un crecimiento en altura muy superior al del castaño y en las calidades de estación adecuadas para éste dobla su altura hacia los 12 años provocando un fuerte asombramiento, lo que merma de forma importante su capacidad de desarrollo.

También podría plantearse la mezcla con otras coníferas, como el pino de Oregón o el cedro, o con frondosas, como el roble americano o el cerezo, si bien no está muy estudiada la evolución de las masas creadas, por lo que habrá que ser muy cauteloso en su utilización.

Plantaciones de baja densidad

Esta alternativa considera marcos de 4 x 4 m y de 5 x 5 m, lo que equivale a unas densidades de plantación de 625 y 400 pies/ha, respectivamente.

Plantación de castaño con un marco amplio de 4x4 m en Villalba (Lugo).

La utilización de estas bajas densidades exige el realizar las plantaciones en terrenos de muy buena calidad, el empleo de planta de excelente calidad genética y morfológica, que corresponderá a material seleccionado de Castanea sativa y a material controlado de Castanea x hybrida, empleando clones de buena aptitud para madera. Estas plantaciones precisan unos cuidados esmerados que maximicen el rendimiento. La tallas de formación para mejorar la forma de los árboles serán siempre necesarias en estas situaciones.

Plantaciones para producción mixta de madera y fruto

En las plantaciones para producir madera se pretende lograr la cobertura del suelo en un tiempo lo más breve posible, con lo que, al mismo tiempo que las copas de los árboles ejercen un control sobre el matorral se favorece el desarrollo de fustes rectos y con ramas finas. El tiempo necesario para cubrir el suelo depende del espaciamiento inicial de la plantación, de la calidad de estación y del potencial de crecimiento de la planta. Los marcos más amplios requerirán una mayor calidad de estación (que se puede mejorar en cuanto al suelo con una preparación del terreno esmerada y con la aplicación de fertilizantes) el uso de planta de buena calidad y la aplicación de cuidados culturales precisos y frecuentes, como tallas de formación, podas o protección de los árboles contra daños de la fauna. Cuando el selvicultor no tiene la seguridad de dispensar este tipo de cuidados intensivos o cuenta con plantas de baja calidad, es preferible usar mayores densidades de plantación a pesar del mayor costo inicial.

Son también recomendables las densidades altas en zonas afectadas por el chancro del castaño con el fin de minimizar las tallas de formación y las podas, que favorecen la infección por el hongo a través de las heridas.

En resumen, las densidades propuestas en las plantaciones para producción de madera son muy superiores a las de las plantaciones frutales, lo que conlleva un encarecimiento de la plantación, especialmente por el precio de la planta. A la vista de esto se plantean tres alternativas posibles: plantaciones puras de alta o baja densidad, y plantaciones mixtas de alta densidad.

7.4.2 Distribución de planta sobre el terreno y replanteo

La distribución de la planta sobre un terreno llano se hará normalmente en cuadrados o rectángulos, cruzándose en ambos casos las filas perpendicularmente.

En terrenos en pendiente, los puntos de plantación se dispondrán en curvas de nivel o en líneas de máxima pendiente, siendo preferible esta última disposición, pues permitirá realizar los desbroces posteriores en el mismo sentido. Se guardará una distancia entre filas o líneas de plantas y otra entre plantas dentro de la misma línea, siendo el marco de plantación al tresbolillo (en triángulos equiláteros) o en malla rectangular desfasada (triángulos isósceles). Si se realiza la preparación del terreno por ahoyado mecánico con bulldozer y dos rejones, el marco será al tresbolillo por parejas y las líneas de plantación seguirán siempre la máxima pendiente.

El replanteo consiste en marcar sobre el terreno los puntos donde se hará la plantación. En preparaciones puntuales del terreno como ahoyados o ahoyados tras laboreo, primeramente se debe sacar la alineación de la plantación en la parcela, lo que se puede conseguir empleando cuerdas de unos 50 metros; posteriormente con una vara de la distancia requerida entre filas o con una cinta métrica se van marcando con estacas los puntos donde se deberá hacer el hoyo. Posteriormente se harán dos perpendiculares algo separadas a la primera línea de plantación para sobre ella luego marcar a la distancia requerida las alineaciones de las otras filas. Esto puede conseguirse fácilmente replanteando un triángulo rectángulo con cinta métrica de 3, 4 y 5 metros o en parcelas mayores 6, 8 y 10 metros. La distancia dentro de la misma fila se consigue igual que en la primera línea empleando vara o cinta métrica o también podría usarse una cuerda en la que se hacen señales según el espaciamiento elegido.

En caso de preparaciones mecanizadas del terreno, como subsolados lineales en curvas de nivel, se replanteará inicialmente la primera línea para que quede bien nivelada, cosa que puede hacerse empleando entre dos operarios un nivel de agua y estaquillando posteriormente la línea. Las demás líneas serán paralelas a la primera; los tractoristas experimentados lo consiguen fácilmente, en caso contrario habría que marcar las líneas de la misma manera. Luego sólo queda replantear el punto de plantación dentro de la línea, que se hace igual que en el caso de preparaciones puntuales del terreno, con vara, cinta métrica o cuerda con marcas. Se ha de puntualizar, en cualquier caso, que en zonas húmedas no interesa una nivelación perfecta del terreno, ya que se podrían producir encharcamientos.

7.4.3 Manejo y preparación de la planta

El manejo y preparación de la planta es un punto de gran trascendencia al que no se le presta en numerosas ocasiones la atención necesaria.

La planta de castaño a raíz desnuda se debe manejar cuidadosamente porque el sistema radical está expuesto al exterior. Se debe transportar desde el vivero al monte con el sistema radical debidamente protegido evitando la exposición al aire o al sol, el exceso de calor o la disposición muy apretada, para no producir desecaciones, fermentaciones y roturas. El castaño, como la mayoría de la frondosas, es más sensible a todo este tipo de daños que especies más sufridas o rústicas como los pinos.

El arranque de planta del vivero deberá realizarse en parada vegetativa y el transporte se hará en vehículo con caja cerrada y con las plantas dispuestas en haces, embaladas en sacos de plástico, herméticamente sellados si lo permite su talla o albergando únicamente los sistemas radicales y ciñéndolos a los tallos si son de mayor tamaño. También se pueden utilizar sacos de yute para envolver los sistemas radicales, que irán protegidos con musgo húmedo.

En caso de haber recibido planta de talla excesiva siempre es recomendable suprimir o recortarle un trozo con el fin de reducir la descompensación que ésta presenta a favor de la parte aérea, dejando suficientes yemas para que se pueda alimentar al árbol cuando empiece la actividad vegetativa en primavera.

Antes de repartir la planta para proceder a la plantación se deben recortar las raíces más largas, realizando un repicado con navaja bien afilada con el fin de evitar posteriores deformaciones de la raíz y garantizar que quede ésta bien distribuida en el suelo

7.4.4 Época y procedimiento de plantación

El momento más adecuado para plantar es desde noviembre hasta finales de febrero, desaconsejándose las plantaciones tardías de primavera, ya que si ésta viene seca se resiente enormemente la forma futura del árbol y además aumenta el riesgo de fallo de la plantación por no poder compensar el sistema radical poco desarrollado y funcional de la planta la pérdida de agua por evapotranspiración.

Para plantar, se deben evitar los días de mucho viento, por provocar rápidas desecaciones del sistema radical, y los de fuertes heladas ya que los suelos apelmazados impiden un íntimo contacto de la tierra con la raíz, no consiguiéndose de esta forma el arraigo de la planta. Los días más adecuados serán los nublados, con niebla o lluvia ligera, sin llegar a provocar encharcamiento del suelo

La plantación a hoyo abierto previamente es la más adecuada para el castaño al permitir una buena distribución de los sistemas radicales. Por otra parte, permite la aplicación de abonos como los complejos o los de liberación gradual. Se realiza con azada, sujetando la planta en el hoyo con una mano mientras que con la otra se va llenando con tierra, que irá desprovista de piedras y que deberá tapar algo por encima del cuello de la raíz de la planta, para que el posterior asentamiento del terreno no deje esta parte tan sensible de la planta expuesta a los agentes atmosféricos. Debe cuidarse que la planta quede vertical y con las raíces bien distribuidas; para ello se le dará un tirón vertical a la planta y a continuación se procederá mediante ligeros pisoteos alrededor de la misma a comprimir la tierra para garantizar el íntimo contacto de ésta con la raíz y evitar que queden bolsas de aire que provocarían su secado. Es importante no tapar el cuello de la raíz de la planta, sobre todo en los suelos más pesados, debiendo quedar éste a ras de suelo ya que de lo contrario se producirían retrasos en el crecimiento de la planta o secado de ésta por pudrición del cuello radical.

Siempre que sea posible se debe realizar un pequeño alcorque de recogida de agua alrededor de la planta, ya que el éxito de la plantación depende en gran medida de que soporte la sequía en los dos veranos siguientes.

Plantación con alcorque para la recogida de agua.

El empleo de un tutor para sujetar la planta siempre es obligatorio cuando se emplea planta grande en plantación para evitar que ésta sea movida fácilmente por el viento.

7.4.5 Fertilización

En una plantación de castaño es recomendable hacer una fertilización de arranque, que adicionalmente se puede continuar o mantener varios años con el fin de aumentar la rapidez de instalación de la planta en el terreno y así superar antes la etapa juvenil, donde la planta es más sensible a la competencia y a todo tipo de daños, tanto bióticos como abióticos. Por otra parte los suelos en Galicia son predominantemente ácidos, mostrando prácticamente todos ellos deficiencias en fósforo, potasio, calcio y magnesio; en cambio son ricos en nitrógeno y materia orgánica. El castaño, como otras frondosas, es una especie que requiere suelos de cierta fertilidad para su buen desarrollo.

Según lo anterior los fertilizantes deberán ser ricos en los elementos deficitarios, no debiéndose usar abonos ricos en nitrógeno como un triple 15 (15/15/15).

La aplicación de fertilizante en hoyo de plantación se hará mezclándolo con la tierra y debe quedar en el fondo del hoyo (preparación por ahoyado) o de la cata abierta (preparación por laboreo o subsolado). Se pueden aplicar los siguientes productos:

  • 200 gr/hoyo de abono complejo 0/14/7 (bastante aconsejable en plantaciones para fruto).
  • 100 gr/hoyo de P2O5 y 40 gr/hoyo de K2O en forma de fosfatos naturales y sulfato potásico.
  • 50 gr/hoyo de fertilizante granulado de liberación gradual 11/22/9 + 6 MgO.
  • 2 ó 3 pastillas por hoyo de fertilizante de liberación gradual 4/14/14 + 10 CaO.

Los fertilizantes de liberación gradual son los obligatorios si se desea acogerse a las subvenciones a la forestación que concede la Administración y además permiten un mejor aprovechamiento al liberarse gradualmente al suelo en un tiempo que va de 1 a 3 años según el tipo de fertilizante.

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