Frutales Arbustivos
Explotación en pequeñas parcelas
Índice
ÍNDICE

 

 

2. INTRODUCCION

Es un hecho conocido y por tanto se puede establecer que en los lugares donde las plantas superiores se desarrollan y llevan a cabo su ciclo vital, éstas producen frutos y semillas que pueden ser, con frecuencia, útiles para el género humano. 

La fruta, generalmente, tiene gran relación con esos productos (frutos y semillas) y su utilización se plantea con diferentes objetivos personales según la cultura espacio-temporal que se esté considerando. Así la fruta puede consumirse por multitud de motivos; porque es:

  • Conveniente en la dieta.
  • Complementaria en la dieta.
  • Agradable ó recreativa al paladar.
  • De interés social.
  • ....

Es decir, la fruta de alguna forma nos da cierta utilidad o satisfacción. Y se puede afirmar que siempre se ha consumido fruta, silvestre ó cultivada, por los habitantes de cualquier área del mundo, si se excluye a los esquimales.

La gran diversidad de situaciones productivas, en el tiempo y en el espacio, nos ofrece formas muy distintas de obtener fruta. Simplificando este complicado panorama, se pueden establecer dos culturas frutícolas opuestas y diferentes:

  • En las ecologías de clima templado se han desarrollado, por lo general, civilizaciones culturalmente superiores porque aquéllas circunstancias obligaron a sus habitantes a superar las graves crisis que acarrean los largos periodos fríos, durante los cuales sólo podían sobrevivir a expensas de las reservas producidas y acopiadas durante el periodo con niveles termométricos adecuados. Estas condiciones ecológicas, periodicamente adversas, han desarrollado especialidades fitotécnicas productivo-comerciales de grandes rendimientos. Las especies frutales en estas regiones no son muchas, pero sobre la mayoría de éstas se han llevado a cabo intensas actuaciones que han originado una gran mejora y diversidad de material vegetal (manzanas, peras, melocotones, cerezas, ciruelas, etc.).

     

  • En las regiones de clima tropical, como se dispone de la eterna vegetación, las plantas viven practicamente en constante actividad y "continuamente" se pueden obtener productos de las mismas. Estas circunstancias naturales, unidas a las condiciones de aislamiento, esclavitud y explotación que han sufrido, a través de los tiempos, les ha dificultado el desarrollo cultural. Las especies frutales en estas ecologías son muy numerosas (más de 1.500 especies botánicas, pertenecientes a unos 500 géneros y a unas 100 familias) y su aprovechamiento generalmente espontáneo, salvo algunas excepciones (plátano, piña, mango, aguacate, etc.).

 

A lo largo del siglo XX, el superdesarrollo de algunas frutas ha originado problemas de excedentes productivos. Por contra, existen otras frutas sin esos problemas debido a que la intensificación productiva y comercial presidida por el imperativo de la cantidad no fue útil debido a que su escasa demanda era satisfecha con la producción existente.

En estos tiempos cercanos al año 2.000, por diversos motivos: sociales, culturales, científicos, económicos, etc., el imperativo de la cantidad está cambiando por el de la calidad, en sus múltiples acepciones como:

  • Diversidad en el binomio oferta-demanda.
  • Internacionalización de las producciones.
  • Alimentación más equilibrada.
  • Productos más elaborados.
  • ....

que provocan un interés creciente, complementario y más selectivo hacia ciertas frutas que tenían, genéricamente, una presencia casi testimonial en los mercados.

Entre estas frutas aparecen con frecuencia los "pequeños frutos", expresión que puede interpretarse de doble manera:

  • Por su menor importancia económica.
  • Por el tamaño reducido de su fruta.

Estimamos que las dos interpretaciones son incompletas y no correctas. Para concretar mejor debemos tener en cuenta, además, al sujeto productivo: la planta. Actualmente una gran diversidad de plantas y con concepciones diferentes de explotación dan lugar a una amplia gama de frutas ofertadas a lo largo del año. En estas circunstancias, debemos entender como producciones de "pequeños frutos" aquellas frutas obtenidas de vegetales semileñosos que dan frutos de tamaño reducido para nuestro uso. En base a ello, se adopta la denominación de " Frutales Arbustivos " por considerarla más correcta.

Estas plantas que englobamos bajo la denominación de " Frutales Arbustivos " presentan una dinámica optimista en las posibilidades de explotación productiva y comercial por el protagonismo actual del desarrollo cualitativo de las producciones vegetales, anteriormente considerado; y lógicamente más los de zonas templadas.

Los Frutales Arbustivos de Zonas Templadas pertenecen a varios géneros botánicos y destacan como más importantes:

  • Rubus ( frambuesos, zarzamoras,...)
  • Ribes ( groselleros,...)
  • Vaccinium ( arándanos,...)

Estos tres géneros presentan las siguientes características generales:

  • Estructura con desarrollo arbustivo.
  • Propagación por multiplicación.
  • Material vegetal directo o sin injertar.
  • Decorativas en vegetación, floración y fructificación.
  • Cultivo en línea; en pequeñas o grandes superficies.
  • Recolección manual o a máquina.
  • Orientación comercial semejante; consumo en fresco o transformación industrial.
  • Su fruta es apreciada por diversos motivos: propiedades dietéticas; sabores, texturas y colores diferentes; formas variadas...

Estas características tan versátiles pueden facilitar en cierto modo su introducción productiva y comercial.

Estas frutas, en los países de idioma inglés se denominan con términos que hacen referencia a alguna característica de la planta ó del fruto, etc., terminados en "berry" (baya) para cada grupo varietal. En los países latinos, la terminología está menos desarrollada. Se debe aclarar que, desde el punto de vista botánico, no todas estos frutos son bayas: sí son en Vaccinium y en Ribes, mientras que en Rubus son polidrupas.

Por todo ello, la explotación de Frutales Arbustivos de Zonas Templadas, tienen un interés de actualidad y de futuro dentro del equilibrio general frutícola que persigue el desarrollo cualitativo de las producciones vegetales en el entorno comercial español, europeo e, incluso, intercontinental, si se planifica adecuadamente su explotación moderna, planteando los problemas y adoptando las soluciones con acierto en el marco de las circunstancias locales que protagonizan toda actividad agraria dependiente del medio.

No obstante para la iniciación y/o expansión productiva y comercial, en una zona geográfica sin esta tradición, es necesario establecer unas premisas fundamentales a tener en cuenta:

  • La dificultad de disponer material vegetal de calidad.
  • La instalación y explotación productiva debe plantearse con el destino comercial definido.
  • Los sistemas de explotación son muy diversos.
  • La superficie de plantación puede ser desde pequeñas superficies con mano de obra directa y personal a grandes superficies mecanizadas.
  • La vida económica y productiva es diferente según el material vegetal empleado y el sistema de explotación elegido. 
  • Necesidad de tener resuelta comercialización de las producciones.

La tipología de las explotaciones tradicionales de la gran mayoría del territorio gallego son el resultado de un conjunto de circunstancias culturales, sociales y económicas que conforman su actividad agraria. En concreto la actividad frutal presenta situaciones diversas, la viticultura es sin duda la más desarrollada, la kiwicultura inicia su desarrollo a partir de los años 70, también existen aprovechamientos o cultivos de otros frutales tradicionales o con intentos problemáticos de modernización como cerezo, manzano, castaño, nogal, etc., hasta unas veinte especies diferentes.

Teniendo en cuenta por una parte la ecología y por otra la tipología de las explotaciones de amplias zonas de Galicia, estimamos que el cultivo de los Frutales Arbustivos de Zonas Templadas en pequeñas parcelas puede ser una actividad complementaria y que se puede incentivar siempre que se estructure una adecuada comercialización de su fruta. Es decir, para que esta actividad complementaria tenga futuro competitivo debe plantearse:

  • Como actividad agroalimentaria, lo que supone integrar la producción y la comercialización.
  • Adoptando fórmulas de asociación tanto horizontales como verticales.
  • Con decisiones institucionales adecuadas que apoyen su desarrollo.

La producción comercializada de los Frutales Arbustivos en España en general y en Galicia en particular es escasa (unas 2.000 y 200 toneladas / año, respectivamente). Paradójicamente estas frutas están presentes, con gran frecuencia, en las recetas de postres de las revistas periódicas de gran difusión. Se estima, por tanto, que existe una demanda potencial de estas frutas que no se hace realidad por la falta de la actividad agroalimentaria adecuada en su explotación productiva y comercial.

Esta monografía desarrolla un estudio concreto para llevar a cabo el cultivo de Frutales Arbustivos en parcelas de pequeña superficie (unos 1.000 m2) para obtener pequeñas producciones de fruta a lo largo del verano con una orientación comercial para consumo en fresco de calidad. También se analiza el proceso productivo, presupuesto y estudio económico para conocer las necesidades de medios y resultados económicos que conlleva la actividad.

anterior siguiente