Manual técnico de selvicultura del
PINO PINASTER
Índice
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4. MÉTODOS DE REPOBLACIÓN

Tradicionalmente, los métodos usados por los pequeños propietarios eran la roturación por cava manual del suelo, bien a hecho o por fajas, la acumulación de los restos vegetales en pilas y su posterior quema, la utilización de las cenizas como fertilizante y la siembra manual del piñón. Actualmente la siembra no se utiliza en Galicia, sí en Portugal y Aquitania. En las Landas, se siembra en líneas separadas 4 metros, usando sembradoras y aplicando de 2 a 3 Kg de semilla por ha.

 Sin embargo, las labores que se realizan normalmente en una repoblación son:

  • desbroce,
  • preparación del terreno y
  • plantación.

 Hasta hace un par de décadas todas estas labores se solían hacer manuales, si bien, a partir de entonces, el incremento del precio de la mano de obra hace que se realicen mecanizadamente el desbroce y la preparación del terreno, excepto si:

  • la superficie que se va a repoblar es pequeña y el propietario no cuenta con maquinaria agrícola propia.
  • se pretende repoblar terrenos muy quebrados o con muchos afloramientos rocosos que impidan o dificulten el trabajo de la maquinaria.

 

Para conseguir una buena supervivencia y crecimiento inicial de las plantas, además de una buena calidad de éstas, es muy importante seleccionar el tipo de labores a realizar.

 

Desbroce

Desbrozadora de cadenas, accionada por tractor agrícola de cadenas, que avanza marcha atrás

 En general, en las repoblaciones con pino pinaster, el terreno inicialmente se encuentra ocupado por matorral, debiendose proceder al desbroce del mismo como operación previa a la preparación del terreno.

 Si se hace manualmente se utilizará hoz o motodesbrozadora de mochila portando normalmente un disco de tres puntas. Estas últimas permiten trabajar erguidos, lo que, generalmente, aumenta el rendimiento del desbroce. La presencia de piedras provoca desgastes e incluso la rotura de los discos, lo que puede ser causa de accidentes, debiendo desecharlas en este caso. Además debemos utilizar una serie de elementos de seguridad como son un casco equipado con protectores para los oídos (orejeras) y los ojos (normalmente pantalla), guantes, botas con buen dibujo en la suela y reforzadas, pantalones reforzados, etc., y guardar una distancia en caso de trabajar varios operarios tanto en horizontal como en vertical. Se suele actuar en fajas o bien desbrozando en torno a los "sitios" en los que se va a poner la planta.

Detalle de las cadenas y la carcasa

 Cuando se realiza mecanizadamente, se utiliza un tractor, ya sea de ruedas o cadenas, portando un apero desbrozador-triturador. Debemos tener la precaución de no acercarnos a la máquina cuando está trabajando, ya que despide los restos triturados a bastante distancia. Se puede realizar por fajas o a hecho.

 Estos dos casos son los más normales, aunque podemos considerar otros particulares:

 Si la pendiente no es elevada (menor del 20 %) y el suelo no tiene una textura muy descompensada, se puede hacer un desbroce por quema controlada, lo que requiere un permiso del Servicio de Defensa contra Incendios Forestales y las correspondientes medidas de seguridad.

Apero desbrozador-triturador de martillos de eje horizontal

 Si en lugar de matorral lo que tenemos son herbáceas, típico en terrenos agrícolas abandonados, se puede proceder a un desbroce químico, tanto antes como después de la plantación. Existen diversos productos en el mercado, no debiendo olvidarnos de las normas de seguridad que figuran en las etiquetas. También se puede proceder a un alzado, gradeo o fresado, combinando el desbroce con la preparación del terreno, aunque es previsible una reinvasión de herbáceas.

 En caso de que existan restos de corta o de incendios es preferible emplear un apero desbrozador-triturador de martillos, que elimina material más grueso, pasar una grada de discos o proceder al apilado de los restos en líneas.

  

Preparación del terreno

 Una vez realizado el desbroce, procederemos a la preparación del terreno en donde posteriormente realizaremos la plantación.

 Las labores previas nos limitarán la manera de realizar esta fase, ya que, si por ejemplo hemos hecho un desbroce manual, la preparación del terreno será también manual. Si fue mecanizada, podemos optar por una preparación manual o por una mecanizada. Elegiremos normalmente esta última puesto que es más barata.

 Ya sea de una u otra manera, como el tamaño que van a presentar las raíces de las plantas es pequeño, no será necesario realizar hoyos abiertos, con lo cual nos ahorraremos los costes de volver a rellenarlos en la plantación.

 Si escogemos la preparación manual, realizaremos raspas picadas, consistentes en remover el suelo hasta unos 20 cm de profundidad, en una superficie de 40x40 cm, extrayendo las piedras existentes, pero no la tierra.

 El procedimiento mecanizado de preparación más usado en la actualidad es el subsolado, consistente en la apertura de profundos surcos en el suelo mediante ripper (también llamados subsoladores o rejones), que son piezas metálicas de longitud variable que se montan como apero de tractores de obras públicas o tractores agrícolas.

 El efecto del subsolado es la rotura del suelo a elevada profundidad, rompiendo incluso la roca si ésta es disgregable. Ejerce por tanto un efecto muy positivo sobre el suelo de cara a albergar a los pinos de repoblación, ya que reduce su compactación y aumenta su profundidad útil.

Efecto del subsolado

Figura 8. Efecto del subsolado sobre el suelo cuando la roca es disgregable.

 

Tractor de cadenas tipo bulldozer con dos rejones montados en su parte posterior para realizar el subsolado del terreno

 Los tractores de obras públicas (bulldozer) llevan en la parte trasera una barra porta-aperos donde pueden montarse uno, dos o tres rejones. Son tractores de cadenas de potencia elevada (es necesario un mínimo de 140 CV de potencia para realizar un trabajo conveniente de subsolado en monte). El alto coste de estas máquinas y la dificultad de su transporte (no pueden circular por carretera y deben transportarse en camión góndola) hace que sólo las empresas de trabajos forestales o de obra en general dispongan de ellos.

 Es conveniente subsolar a la mayor profundidad posible que permita la potencia del bulldozer que se está empleando.

Subsolado con dos rejones siguiendo curvas de nivel en monte de reducida pendiente

 Existen asimismo aperos subsoladores diseñados para el enganche tripuntual de los tractores agrícolas. Estos sin embargo suelen tener potencias insuficientes para realizar subsolados en monte, por lo que sólo podrían emplearse en terreno agrícola, siendo además conveniente usar tractores agrícolas de cadenas, que presentan una mayor adherencia al suelo.

Si la pendiente no es elevada (20-30 %), realizaremos un subsolado lineal según curvas de nivel. Al incrementarse la pendiente, trabajaremos en líneas de máxima pendiente, realizando los surcos de forma discontinua, para evitar fenómenos erosivos, hasta que al ser muy elevada, la labor debe ser puntual, para evitar los arrastres de tierra.

Frecuentemente los rejones se modifican soldando unas placas triangulares en su brazo, de forma que abran un poco el surco. En cualquier caso evitaremos extraer mucha tierra del "sitio" en que realizaremos la plantación y si es preciso, antes de realizar ésta, procederemos a rellenarlos y arreglarlos con azadas.

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Figura 1
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Figura 2
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Figura 3
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Figura 4

Resultados de diversos procedimientos de preparación del suelo. Figura 1: Raspas, en las que no se extrae la tierra. Figura 2: A hoyos (no son frecuentes para pino). Figuras 3 y 4: Subsolado.

  

Densidades de plantación

 Uno de los temas que más controversia crea entre los repobladores es el marco al cual realizar la plantación.

 Haciendo un poco de historia se observa que las densidades de plantación han ido reduciéndose, si bien, en la actualidad, se está en el proceso inverso, buscando puntos de encuentro entre el aumento de densidad y el encarecimiento que supone en los costes de repoblación.

 Cada una de las alternativas presenta una serie de ventajas:

Densidad de población alta Densidad de población baja
  • Diámetros reducidos y ramas de pequeño tamaño.
  • Mayor volumen total de madera.
  • Fustes más rectos.
  • Ramas más finas con mejor poda natural.
  • Mayor base para seleccionar posteriormente los pies.
  • Mayor control sobre el matorral.
  • Mayor crecimiento en diámetro de cada uno de los árboles.
  • Menor coste de repoblación, al necesitarse menos plantas.
  • Mayor facilidad para mecanizar las actuaciones posteriores.
  • Menor coste de tratamientos selvícolas (clareos, podas).

Figura 10. Aspecto característico de los pinos a densidades de plantación altas y bajas. En el primer caso, los diámetros son reducidos y las ramas de pequeño tamaño. En el segundo caso, cada árbol crece más en diámetro.

 

 El peso de unos u otros factores nos llevarán a definir el marco de plantación si bien es aconsejable dejar una distancia mínima entre filas de aproximadamente 3 metros, con el fin de facilitar la mecanización de las operaciones posteriores, especialmente los desbroces.

 Los marcos de plantación más utilizados son 2x3, 2,5x3 o 3x3 metros, lo que, respectivamente, da unas densidades iniciales de 1.670, 1.330 o 1.110 pies por hectárea.

 Cada opción tiene sus ventajas y sus inconvenientes, llevando asociadas una serie de labores posteriores según la densidad de partida.

 Así, si se opta por elevadas densidades de plantación (1.600-2.000 plantas por hectárea) se ha de realizar una primera corta a los 8 o 10 años para reducir la competencia entre los árboles, sin que tengan un aprovechamiento comercial. Si se opta por densidades bajas (1.000-1.350 plantas por hectárea) hemos de realizar una repoblación especialmente cuidadosa para que no se produzcan marras o bien una posterior reposición de éstas para mantener la densidad y una poda temprana, porque las ramas engrosarán rápidamente.

 Los progresos en mejora genética han abierto la posibilidad de abordar plantaciones a muy baja densidad, usando planta seleccionada. Si se tiene la certeza de que todos los pinos plantados tendrán buenas características de forma y vigor, pueden plantearse marcos de 4x4 metros (625 pies/ha), si bien este marco no es aconsejable de modo general.

  

Replanteo sobre el terreno de los puntos de plantación

 

La localización de las plantas sobre el terreno debe guardar unas distancias estrictas, ya que de esa forma las plantas quedarán alineadas y será más sencillo realizar de forma mecanizada operaciones de mantenimiento posteriores. Además, las plantas aprovecharán mejor el terreno y tardarán más tiempo en ejercerse competencia unas a otras.

 El replanteo de los puntos de plantación se realiza de distintas formas según los métodos de preparación del suelo seguidos.

 Si la preparación es por subsolado, los propios surcos abiertos señalan las líneas de plantación, por lo que lo adecuado en este caso es alinear los puntos de plantación en sentido perpendicular ayudándonos de una cuerda que se va tendiendo paralelamente a la distancia precisa. El punto correspondiente se señala con una estaca.

 Cuando no se cuenta con las líneas de referencia derivadas del subsolado, se emplean cuerdas con marcas de pintura realizadas a la distancia que corresponda y se va tendiendo la cuerda paralelamente cuidando de que las posiciones de plantación queden alineadas en los dos sentidos. Esta operación puede ser necesaria previamente a la preparación del suelo, si esta consiste en raspas u hoyos abiertos manualmente.

 Deben considerarse las distancias mínimas que según la normativa se deben dejar hasta el límite con las fincas colindantes. Según algunas ordenanzas sobre plantaciones forestales del Ministerio de Agricultura que datan de 1967, se dejará una distancia mínima de 2 metros si en la colindancia existe pradera y de 3 metros si se trata de un terreno de cultivo. Pueden existir asimismo ordenanzas municipales propias acerca de las plantaciones.

  

Procedimientos de plantación

 

Aunque existen en el mercado plantadoras mecánicas, la plantación se suele hacer manualmente, debido a que al existir irregularidades en el terreno, hacen que la máquina oscile en altura y quede la planta o bien demasiado enterrada o bien con parte del sistema radical al aire.

 Salvo en los casos en que se realice la plantación en hoyo abierto con anterioridad, la azada no es una herramienta adecuada, ya que la raíz no suele quedar vertical. Por tanto, en general, para realizar la plantación se utilizará el plantamón, la pala recta o un pincho, con los que se abre una pequeña cata en la que se ponen las raíces, que deben quedar totalmente rectas, no siendo conveniente utilizar por ello, planta con sistema radical mayor de 10 o 15 cm, cortándolo en caso de que sobrepase tal longitud, siempre por debajo de la cicatriz de repicado, en caso de utilizar planta repicada.


Figura 11. Proceso de plantación manual empleando azada. La raíz no suele quedar recta.

 

 Una vez colocada la planta es conveniente darle un tirón de varios centímetros, para conseguir que las raíces queden lo más verticales posible. Tras ello se pisará la tierra de alrededor, teniendo en cuenta que al final la planta debe quedar enterrada hasta el cuello de la raíz.


Figura 12. Proceso de plantación con pala recta o plantamón. Previamente al pisado de la tierra se daría un tirón de la planta hacia arriba para asegurar que la raíz no quede doblada.

 La época de plantación más adecuada para la planta a raíz desnuda es desde la parada del crecimiento y su lignificación, hasta el comienzo de la actividad vegetativa en primavera, no debiendo utilizarse planta con la savia movida, en estado de crecimiento activo. El período es, generalmente, de Noviembre a Marzo, ambos incluidos. Usando planta con cepellón la temporada de plantación se alarga ostensiblemente, aunque deben evitarse los meses centrales del verano.

 Dentro de ese período hábil de plantación se elegirán días concretos en que las condiciones del suelo y meteorológicas sean adecuadas, evitando los días de viento, especialmente secos, con fuertes heladas, terreno encharcado de agua, etc., y las horas en que se den circunstancias adversas, rehuyendo las primeras horas si hay bajas temperaturas o las horas centrales si se elevan éstas.

Figura 13. Ejemplos de plantas con defectos de plantación:

 

  1. Planta enterrada excesivamente.
  2. Planta con la raíz torcida.
  3. Planta inclinada.
  4. Planta con presencia de bolsas de aire en la zona radical.


 

Desbroces posteriores

  El pino pinaster es un árbol de copa poco densa que deja pasar hasta el suelo bastante luz, por lo que los pinares mantienen, si la densidad de pinos no es muy elevada, un sotobosque de matorral heliófilo, especialmente en edades jóvenes.

 Las plantas que forman ese matorral acompañante suelen alcanzar elevada talla y son muy peligrosas de cara a los incendios: tojos, uces, carqueixa.

Matorral característico de montes jóvenes de pino pinaster

 Es por tanto muy recomendable realizar desbroces de ese matorral, lo que redundará en mejores posibilidades de defensa contra incendios y menor competencia para los pinos. El desbroce manual con motodesbrozadora es caro y se realiza sólo cuando no hay posibilidades de mecanización.

 En plantaciones es recomendable realizar desbroces mecanizados por calles, con terminación manual en las proximidades de los pinos. Por lo general serán necesarios 2 ó 3 desbroces antes de que los pinos dominen en altura al matorral.


 

Figura 14. Esquema de desbroces mecanizados en plantaciones de pino pinaster. Empleando desbrozadora de cadenas se actúa por calles, realizando una terminación con motodesbrozadora en las proximidades de los pinos.

  

En regenerados naturales cuando los pinos no tienen excesivo diámetro en la base puede actuarse abriendo fajas con desbrozadora de cadenas o martillos con lo que se afectará tanto a pinos como a matorral. En las fajas no desbrozadas se realiza una terminación manual, que incluye un clareo selectivo de los pinos. Este procedimiento, que es a la vez un clareo y un desbroce, permite reducir mucho la densidad de pinos (lo que es posible a esa edad joven), a un coste bastante reducido.

 Los desbroces son indispensables cuando los pinos son jóvenes, pero una vez que han dominado al matorral y existe una mayor defensa ante el incendio al tener capacidad para producir semilla, es decir, a partir de los 10 años de edad, estas operaciones dejan de realizarse salvo para objetivos especiales, como facilitar el acceso a los árboles para podarlos o preparar el pinar para un aprovechamiento adicional de pastoreo que reducirá el riesgo de incendios.

  Cuando el pino pinaster se planta en zonas agrícolas, la vegetación herbácea es la que ejercerá una competencia intensa sobre las plantas. En este caso lo adecuado es el uso de herbicidas, de los que se recomienda especialmente la hexazinona (materia activa), que puede aplicarse directamente sin proteger a los pinos siempre que no hayan brotado aún (o con los brotes fuera del período de elongación). Este herbicida controla muy bien las herbáceas y la zarza aplicado en dosis de 5 litros por hectárea tratada. Como ya se ha indicado, han de observarse estrictamente las medidas de seguridad que figuran en la etiqueta del producto.

  Con planta de más de dos años y no brotada puede aplicarse glifosato, en dosis de 3 litros por hectárea tratada. Si se quiere incrementar la dosis o aplicar este herbicida en pleno período vegetativo, deberán protegerse los pinos para que el producto no entre en contacto con ellos.

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