Manual técnico de selvicultura del
PINO PINASTER
Índice
ÍNDICE

 

5. ASPECTOS GENERALES DE LA SELVICULTURA

Regularidad y semirregularidad

  Las cortas que muy a menudo se practican en montes de pino pinaster de propiedad privada corresponden a una entresaca de los mejores pies en momentos en que se necesita un ingreso monetario. Se dejan de esta forma de cara al futuro los árboles más delgados, que normalmente habrán estado dominados por los pinos que se cortan, más vigorosos y de mayores dimensiones. Al ser el pino pinaster una especie con grandes necesidades de luz, esos árboles que han estado siempre dominados carecen de vigor y siempre tendrán malas características de forma y crecimiento. Se produce asimismo una selección genética negativa, al dejar en pie los árboles de peor calidad, que son los que darán lugar a la regeneración del monte.

  Foto 12. Aspecto característico de pinares de propiedad privada: frecuentemente se asientan en terrenos de buena calidad, pero carecen de espesura y hay muchos pies retorcidos y faltos de vigor, consecuencia de cortar selectivamente los mejores pies.

 

El monte resultante se caracteriza por la presencia de pinos de diferentes edades, permaneciendo los más jóvenes dominados por los más viejos. Este tipo de masas se denomina irregular o semirregular. Con este tipo de cortas el turno de producción se alarga considerablemente, bajan las producciones obtenidas y las operaciones de aprovechamiento se ven muy dificultadas.

  Una selvicultura racional del pino pinaster debe mantener montes regulares, en los que los pinos tengan la misma edad o edades muy próximas. Se parte de esta forma de plantaciones artificiales o de regeneración natural obtenida en uno o dos años, se realizan cortas intermedias que bajan la densidad y dejan en pie a los mejores árboles, que son los que darán lugar al regenerado cuando se alcance la edad de corta final.

  

¿Que puede hacerse con los montes que han estado sometidos a cortas antiselvícolas?

  Cabe la posibilidad de realizar cortas denominadas de transformación en monte regular, siempre que se cuente con pinos de una determinada clase de edad que, manteniendo un estado de vigor elevado, se encuentren en suficiente número (parece necesario más de 1.200 por ha) y bien repartidos en el terreno. Estas cortas consistirían en dejar exclusivamente en pie los pinos correspondientes a esa clase de edad. Algunas veces no es posible cumplir ese criterio y entonces la única solución racional es la corta total, actual o tras algunos años, del monte, recurriendo a la plantación artificial si se estima que no merece la pena aprovechar el regenerado natural que pueda darse.

 

Figura 15. Cortas de transformación en monte regular.

Se parte de un monte degradado por efecto de cortas antiselvícolas.

Se elige una determinada clase de edad que cuenta con el número suficiente de pies de calidad bien repartidos, que son los que se dejan como masa futura.


La aplicación de una selvicultura racional cuando conviven pie a pie pinos de edad muy distinta es, por tanto, complicada, sobre todo desde el punto de vista económico. Sin embargo, si la mezcla de edades viene determinada por la existencia de bosquetes regulares (preferiblemente mayores de 0,5 ha) no existen casi inconvenientes selvícolas. Para un propietario privado que cuenta con 4 has de monte de pino en total, divididas en 4 parcelas, una situación casi ideal sería que las parcelas tuvieran pinos de edades escalonadas (10, 20, 30 y 40 años), ya que de esta forma obtendría ingresos derivados de la venta de madera en cortas finales cada 10 años.

Figura 16. Un propietario de cuatro pequeñas parcelas puede mantener pinares regulares en cada una de ellas con edades escalonadas, de forma que periódicamente recibe una renta por la venta de la madera.

  

Masas puras y masas mixtas

El roble se ve favorecido en su forma por la presencia lateral de las copas de los pinos

  El pino pinaster forma en Galicia y Asturias con bastante frecuencia masas mixtas, siendo las más frecuentes de tres tipos:

Masas mixtas con eucalipto, masas mixtas con frondosas (normalmente carballo) y masas mixtas con pino radiata.

Los montes en que pino pinaster y eucalipto conviven pie a pie no son susceptibles de un tratamiento selvícola racional. Las dos especies tienen turnos de corta muy distintos, formas de regeneración opuestas y ritmos de crecimiento en altura muy diferentes. Normalmente, en estos montes el eucalipto crece en altura mucho más rápido que el pino, quedando este dominado e imposibilitado para crecer convenientemente. En estos casos se elegirá una de las dos especies, siempre que los árboles no hayan perdido vigor y se encuentren en número suficiente y bien repartidos.

  

Turno de corta usado

Forma de regeneración normalmente considerada

Crecimiento inicial
en altura

Eucalipto

10 - 15 años

Brote de cepa

Extraordinariamente rápido

Pino pinaster

30 - 40 años

Semilla

Rápido

  

Las mezclas de pino pinaster con pino radiata derivan muy a menudo de repoblaciones mixtas o de regenerado natural de pino pinaster espontáneo en zonas repobladas con radiata. Dadas las necesidades de luz de dichas especies, el mantenimiento de estos pinares sólo será posible si el ritmo de crecimiento en altura de ambas es similar. En caso contrario, las intervenciones de clareo o clara se centrarán sobre las de menos desarrollo. En estaciones que convienen al pino insigne o radiata este aventaja fácilmente en altura al pino pinaster, pero con suelos arenosos y pobres y presencia de sequía estival el crecimiento en altura es comparable e incluso favorable al pinaster, a la vez que el pino radiata se ve afectado por problemas patológicos.

Foto 13. La presencia de regeneración natural de roble puede animar a abrir la cubierta para mantener masas mixtas, de notable valor recreativo y paisajístico.

  En las mezclas de pino pinaster con roble la tendencia generalmente observada es el intento de erradicar el roble para favorecer el crecimiento de los pinos en aras de una mayor producción. Sin embargo debe tenerse en cuenta que la presencia de los robles contribuye a mejorar el aspecto estético de la masa con una pérdida de producción de madera relativamente reducida. Además, la presencia lateral del pino en densidades moderadas favorece la forma del roble, que desarrolla fustes más rectos y busca la luz sin ramificarse. El crecimiento en altura de los pinos es mucho mayor durante los primeros años, y mediante claras debe cuidarse de que sus copas ejerzan una competencia tan solo lateral. Estas mezclas ofrecen buenas posibilidades selvícolas de restaurar en la zona costera de Galicia robledales de calidad, por lo que parece muy interesante promoverlas.

 

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