Manual técnico de selvicultura del
PINO PINASTER
Índice
ÍNDICE

 

 

8. EDAD DE CORTA FINAL Y APROVECHAMIENTO

 

   Se denomina turno a la edad del monte en la que se obtiene el aprovechamiento de madera definitivo, normalmente mediante corta a hecho en el caso de este pino. La elección del turno puede realizarse atendiendo a múltiples criterios, habiendo variado estos a lo largo del tiempo. Así, los turnos que se aplicaban hace 2 o 3 décadas eran de 25 a 30 años, mientras que actualmente se consideran turnos de 30 a 40 años. Con ello, se asegura que los diámetros de los árboles que llegan a corta final oscilarán entre 35 y 40 cm, con lo que habrá cuatro trozas de madera apta para el aserrado.

  El pino pinaster tiene unas condiciones especialmente aptas para la regeneración natural. Con la remoción del terreno derivada de las operaciones de aprovechamiento y la presencia de semillas tanto en el suelo como en las copas de los árboles, se consigue fácilmente una verdadera alfombra de pinos nacidos en la primavera siguiente a la corta. Es por tanto posible realizar cortas a hecho, en las que se cortan de una vez todos los pinos, cuando se ha alcanzado la edad del turno.

  Cuando se considere que los pinos existentes no tienen demasiada calidad y/o se prefiera utilizar planta de vivero procedente de programas de mejora genética forestal, se recurrirá a la plantación artificial. Esta sin embargo es más cara que la regeneración natural. Cada método presenta una serie de ventajas e inconvenientes:

 

Regeneración natural

Regeneración artificial (plantación)

VENTAJAS

La planta obtenida está adaptada al medio.

Puede emplearse planta seleccionada procedente de vivero.

Al haber mayor densidad se conseguirá una poda natural más precoz y eficaz.

Distribución homogénea de las plantas en el terreno.

Las labores selvícolas posteriores se abaratan.

INCONVENIENTES

La distribución de las plantas no es homogénea, existiendo zonas con gran densidad y otras casi despobladas.

Importante desembolso económico.

Es preciso recurrir a clareos tempranos en las zonas con gran densidad de planta.

Poda natural más tardía.

Las labores selvícolas posteriores se encarecen.

  

Cortas a hecho en fajas

En montes con fuerte pendiente es aconsejable recurrir a las cortas a hecho en fajas, para reducir los riesgos de erosión.

Figura 22. Cortas a hecho en fajas.

  En determinados casos se ha propuesto dejar algunos árboles padre cuando se teme por el regenerado debido al alto riesgo de incendio. Pueden mantenerse entonces de 25 a 50 pies por ha durante 5 a 10 años, lo que garantiza la posibilidad de una nueva regeneración natural si los pinos jóvenes (que no fructifican) sufren un incendio.


 

Aprovechamiento

  Las operaciones de aprovechamiento incluyen el apeo o derribo del árbol, el desrame, tronzado, reunión de las trozas y saca de las mismas hasta cargadero de camión. Las tres primeras suelen realizarse manualmente con motosierra. Para la saca se emplean tractores agrícolas dotados de grúa y remolque o mediante tractor portador-autocargador.

Equipo de seguridad de los motoserristas

Figura 23. Equipo de seguridad de los motoserristas.

  Todas las operaciones indicadas conllevan un riesgo importante para los operarios, y lo frecuente es que sean empresas especializadas o los departamentos de compras de madera de las grandes industrias las encargadas de realizarlas. Los operarios deben ir provistos en cualquier caso, de los equipos y vestimentas de seguridad adecuados, especialmente los motoserristas.

  El apeo con motosierra se realiza con la secuencia de cortes representados en la figura, con la finalidad de dirigir la caída del árbol. Los dos primeros cortes dan lugar a una entalladura, que mira hacia la zona donde va a caer el árbol. El tercer corte o corte de caída es horizontal y se realiza a una altura ligeramente superior al corte de entalladura, ya que de lo contrario el pino podría caer hacia atrás.


 


Figura 24. Secuencia de cortes en el apeo. Los dos primeros son los cortes de entalladura que indican la dirección de derribo y el tercero es el corte de caída.

  Resulta importante dirigir de forma planificada la caída de los árboles para conseguir que unos se apoyen en otros, ya que al estar los fustes levantados se facilita enormemente la operación de desramado. En el tronzado posterior se consideran normalmente trozas de 2,5 metros de longitud, ayudándose el motoserrista de una vara o una cinta métrica para marcar las secciones que luego cortará. La reunión consiste en un apilado de las trozas para facilitar su saca y se realiza casi siempre de forma manual.

 La saca consiste en el transporte de la madera hasta una zona apta para realizar la carga en camión (cargadero). En montes de fuertes pendientes la madera se deja rodar hasta la pista localizada en la zona baja. Lo normal es realizar la saca de forma mecanizada, empleando la maquinaria ya comentada. El descortezado de pino no suele realizarse en monte sino a la entrada en fábrica.

Tras el aprovechamiento deben eliminarse los residuos y restos de corta. La realización de hogueras dentro del monte puede provocar ataques de hongos del género Leptographium, por lo que los procedimientos normalmente empleados son:

  • Trituración, empleando aperos desbrozadores-trituradores, a ser posible de martillos, accionado por tractor agrícola con tren de rodaje preferiblemente de cadenas. El efecto sobre el suelo de este proceso es muy conveniente, ya que al no retirarse los restos no se producen reducciones de fertilidad. En ocasiones se complementa con un gradeo (si la pendiente es reducida) para favorecer la incorporación de los restos triturados al terreno.
  • Saca fuera del monte y quema. Seguramente es el más empleado, aunque tiene el inconveniente de que supone una cierta pérdida de nutrientes. Los restos se acumulan y se queman para evitar focos de plagas.
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