Manual de selvicultura del
Pino Radiata en Galicia
Índice
ÍNDICE

 

1. EL PINO INSIGNE:
Pinus radiata D. Don, pino insigne, pino de Monterrey, pino radiata

La difusión del pino insigne en su historia más reciente sorprende por la rapidez con que se ha realizado. De ocupar, a principios del siglo pasado, un área natural reducidísima, sólo unas 6.000 hectáreas al borde del Océano Pacífico, en condiciones de hábitat de lo más singular, ha pasado a ser una de las especies forestales más utilizadas a nivel mundial para la creación de bosques artificiales, mostrando así gran flexibilidad para ocupar nuevas estaciones ecológicas muy distintas a la suya.

Para mayor sorpresa, la especie no gozaba en su California natal de especiales merecimientos por la producción y la calidad de su madera. Su carácter contrasta con su vecina la Pseudotsuga o pino de Oregón, adaptada ya en su origen a muy variados hábitats, de producción alta, madera muy apreciada y ampliamente difundida en repoblaciones en muchos países.

La salida al exterior del pino insigne comenzó con su introducción en Inglaterra en 1833. En España consta su introducción hacia 1840, en Lekeitio (Bizkaia). En Galicia debió de suceder poco después ya que D. Rafael Areses, vecino de Tui e ingeniero de montes que ejercía en Galicia a principios del siglo actual, cita en su libro Parques y Jardines de la Provincia de Pontevedra que al iniciarse en 1906 la construcción del vivero central de Areas (Tui), sólo existían en la provincia de Pontevedra dos ejemplares: uno en Monterreal (Baiona), de 90 cm. de diámetro, y otro, de menor diámetro, en Redondela. Este último era de la variedad binata, de dos acículas, propia de la forma insular. Con tales dimensiones puede admitirse que pudieron haber sido plantados a mediados del siglo pasado.

Repoblación y masa adulta de pino radiata;

Repoblación y masa adulta de pino radiata

Fue a partir de 1909, según el citado autor, cuando empezó la verdadera difusión del árbol en Galicia con el envío desde dicho vivero de cientos de miles de ejemplares para montes vecinales próximos y para montes de particulares.

El hecho de que en Galicia esta especie no haya conseguido en aquel tiempo la expansión que logró en el País Vasco no se debe a condiciones de estación inferiores para este pino, sino más bien habrá que atribuirla a la fuerte raigambre conseguida con anterioridad por el Pinus pinaster (piñeiro bravo). El piñeiro bravo, de muy fácil regeneración por semilla, artificial o espontáneamente, abastecía plenamente las necesidades de madera de las numerosas serrerías existentes habituadas a él y a sus mercados. En la Cornisa Cantábrica, por el contrario, carecían de coníferas y las masas espontáneas de pino pinaster más cercanas, las de Oña en Burgos, constituyen, con las de Teleno en León, según investigación de procedencias realizada en Lourizán, las peores razas con diferencia para el litoral lluvioso del Norte.

La silueta del pino insigne se hizo familiar en Galicia a partir del programa de repoblación iniciado en 1927 por la Diputación de Pontevedra, ampliado después de la guerra civil con las campañas reforestadoras del Patrimonio Forestal del Estado.

 

1.1 IMPORTANCIA ACTUAL EN EL MUNDO,EN ESPAÑA Y EN GALICIA

El gran crecimiento del pino insigne, la precocidad con que alcanza los máximos de producción en volumen, la calidad muy aceptable de su madera para diversos usos, han propiciado su utilización en muchos países o regiones de la zona templada de todo el mundo. Varios países del hemisferio sur han adoptado a este pino para sus programas de forestación. Entre ellos, merece citarse, en primer lugar, a Nueva Zelanda en su calidad de pionero, que ya en los años veinte y treinta de este siglo realizó importantes plantaciones. Después de un período de ralentización de estas plantaciones, a partir de los años sesenta surge un nuevo interés por esta especie y un relanzamiento de las repoblaciones que se prolonga hasta nuestros días, convirtiendo a Nueva Zelanda en el mayor productor actual de madera de pino insigne.

En Nueva Zelanda la adopción no se ha hecho a ciegas. A partir de numerosos ensayos con otras especies han optado casi en exclusividad por el pino insigne. Actualmente la extensión ocupada rebasa el millón de hectáreas que representa el 85% de las plantaciones con especies exóticas. Se estima que los aprovechamientos de madera, dentro de quince a veinte años, podrán ser de unos treinta millones de metros cúbicos. Acorde con este desarrollo, se viene realizando una intensa labor de experimentación selvícola cubriendo todos los campos. La selección genética, comenzada ya hace cuarenta años, ha logrado y llevado a la práctica substanciales mejoras de producción, calidad y resistencia a enfermedades, como la banda roja. Se han elaborado modelos de simulación adaptados a las circunstancias allí presentes que permiten el análisis inmediato de opciones en la planificación forestal. Actualmente se estudian también las posibilidades del pino insigne en las modernas aplicaciones agroforestales.

En Australia y Sudáfrica el pino insigne ha tenido una buena acogida, si bien a mucha menor escala que en Nueva Zelanda.

Entre los países hispanos del hemisferio Sur figura Chile en primer lugar por la importancia lograda de sus plantaciones con pino insigne. Las repoblaciones con esta especie no empezaron con fuerza hasta los años cincuenta pero ya en el momento actual se ha convertido en el país del mundo con mayores extensiones dedicadas a este árbol, que alcanzan a 1.400.000 hectáreas y representan el 78% del total de la superficie reforestada en dicho país. Anualmente se aprovechan unos 17.500.000 metros cúbicos, cifra que se estima podrá ser doblada relativamente pronto en el próximo siglo.

Las gigantescas producciones de Chile y Nueva Zelanda se enfocan principalmente a la exportación. En el futuro, con el crecimiento previsible, el mantenimiento de esta política dependerá de que la enorme capacidad potencial de absorción por los países asiáticos se haga una realidad. Aunque en menor escala, también en Argentina y Uruguay figura el pino insigne entre las especies más utilizadas.

En Europa, Italia, Francia, España y Portugal, entre otros, ensayaron la utilización de este pino. En la actualidad España es el único país en el que las masas de este pino ocupan importantes extensiones y en el que se ha desarrollado un fuerte tejido industrial basado en la transformación de su madera.

Como ya hemos dicho, el pino insigne ya se introdujo en el País Vasco a mediados del pasado siglo. Entre 1940 y 1972 esta especie llegó a ocupar 162.000 hectáreas, estabilizándose desde entonces en las proximidades de esta extensión. Las existencias de madera pasaron de 15 millones de metros cúbicos en 1970 a 25 millones en 1990. En este período el porcentaje destinado a sierra pasó del 20%-25% en 1970 al 60%-65% en 1990. Las cortas anuales suman entre 2 y 2,5 millones de metros cúbicos y representan poco más o menos el 80% de las cortas de madera que se realizan en dicha comunidad.

En Galicia y en el resto de las comunidades de la Cornisa Cantábrica la especie ha jugado un importante papel en la labor de repoblación. En Galicia el inventario de 1986 acusa su presencia como especie principal en 23.110 hectáreas con una disminución de 8.800 ha. desde el anterior inventario de 1972 - 1974. Pero si tenemos en cuenta su participación en los distintos tipos de bosque, aunque no figure como especie principal, le corresponden unas 60.000 hectáreas en 1986 y 55.000 hectáreas en 1.972 - 74, con un aumento de 5.000 hectáreas. Las existencias en 1986 se elevaban a 4.412.000 metros cúbicos, el 8,75% de las existencias de coníferas en Galicia, cifra que en el País Vasco sube al 86%. El crecimiento anual se estimó en 550.000 metros cúbicos en este inventario.

A la espera de los resultados del nuevo inventario forestal, las plantaciones de pino insigne en Galicia han experimentado, en los últimos diez años, un fuerte incremento. Las ayudas comunitarias para la forestación de tierras agrarias (Reglamento UE 2080/92) han impulsado fuertemente la presencia de este pino, especialmente en las provincias de A Coruña y Lugo: A Serra da Gañidoira, entorno de As Pontes, meseta interior coruñesa, en A Coruña, A Terra Chá, Serras do Buio y Xistral y la parte occidental de Lugo son las comarcas gallegas con una fuerte presencia de pino insigne. Solamente considerando los trabajos de repoblación que han recibido ayudas comunitarias, la superficie repoblada con pino insigne en Galicia durante el período comprendido entre 1994 y 1998 ha sido de 8.050 hectáreas repartidas de la siguiente forma:

REPOBLACIÓN CON P. radiata EN GALICIA 1994 - 1998

Provincia

hectáreas

%

A Coruña

1.850

23

Lugo

4.430

55

Ourense

320

4

Pontevedra

1.450

18

Galicia

8.050

100

Fuente:Dirección Xeral de Montes e Medio Ambiente Natural.1999


Distribución mundial del pino insigne

Distribución mundial del pino insigne


En Asturias el inventario de 1986 estimó en 26.000 las hectáreas ocupadas por el pino insigne. Aceptando para Santander y Navarra las cifras del inventario anterior: 15.000 y 6.000 hectáreas respectivamente, obtendremos para España la siguiente distribución superficial en 1986:

SUPERFICIE DEL P. radiata EN ESPAÑA

País Vasco

160.000 ha.

Galicia

60.000 ha.

Asturias

26.000 ha.

Santander

15.000 ha.

Canarias

3.000 ha.

-

270.000 ha.


Fuente:Inventario Nacional 1986.
Dirección General de Conservación de la Naturaleza.

A escala mundial las cifras serían:

SUPERFICIE DEL P. radiata EN EL MUNDO

Chile

1.400.000 ha.

Nueva Zelanda

1.200.000 ha.

Australia

650.000 ha.

España

270.000 ha.

Sudáfrica

55.000 ha.

otros

30.000 ha.

-

3.605.000 ha.


Esta superficie es 550 veces mayor que la que tenía a principios de siglo y 6 veces la que se le atribuía en 1960, con una producción actual que debe rebasar los 40 millones de metros cúbicos y unas previsiones para un futuro no muy lejano de doblarla. Estas cifras nos dan una idea de la trascendencia mundial adquirida por el pino insigne cuya producción equivale al 13% del consumo de madera de la Unión Europea.

En Galicia, la evolución de esta especie ha tenido algunas irregularidades, con diferencias en el interior y la costa. Al realizar el primer inventario forestal en 1972 - 1974, había unas 55.000 hectáreas, siendo A Coruña la provincia con mayor superficie forestal, cerca del 50% de la total regional. Al confeccionar en 1986 el mapa forestal para el segundo inventario, había en Galicia 66.000 hectáreas ocupadas por esta especie. Sin embargo, en tanto la provincia de Lugo más que duplicaba la extensión en relación con el primer inventario, la extensión en Ourense crecía aún ligeramente, en A Coruña se reducía la superficie notablemente, en tanto que en Pontevedra la superficie se reducía a menos de la mitad de 1972.

Sin duda fueron los incendios por un lado y las repoblaciones por otro, los factores que incidieron en estos cambios. No obstante, como las masas eran muy juveniles en 1972, las existencias en volumen se incrementaron en las cuatro provincias, y, lógicamente, el incremento fue mucho mayor en Lugo.

Una síntesis de las principales características dasométricas de las masas gallegas en 1972 - 74 y 1986 - 89 se da en las tablas siguientes con datos extraídos de los Inventarios Nacionales:


1. Superficie (ha.)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

26.000

17.866

Lugo

19.767

41.031

Ourense

3.776

4.281

Pontevedra

5.706

2.846

Galicia

55.249

66.024

2. Número de pies (n)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

15.758.000

6.581.000

Lugo

12.836.000

23.198.000

Ourense

2.492.000

1.051.000

Pontevedra

2.492.000

1.404.000

Galicia

33.217.000

32.234.000

3. Existencias en pie (m3)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

1.153.000

1.489.000

Lugo

766.000

3.198.000

Ourense

154.000

266.000

Pontevedra

243.000

293.000

Galicia

2.316.000

5.238.000

4. Crecimiento anual (m3)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

351.000

126.000

Lugo

236.000

332.000

Ourense

37.000

23.000

Pontevedra

51.000

24.000

Galicia

675.000

505.000

5. Diámetro medio (cm.)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

14,5

20,6

Lugo

13,9

16,4

Ourense

11,7

20,9

Pontevedra

16,7

19,4

6. Volumen del árbol medio (dm3)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

73

226

Lugo

60

137

Ourense

62

253

Pontevedra

114

209

7. Crecimiento por hectárea (m3/ha.)

Provincia

1972 - 74

1986 - 89

A Coruña

13,5

7,0

Lugo

12,0

8,0

Ourense

9,8

5,4

Pontevedra

9,0

8,5


Las principales masas de pino insigne se ubican en A Coruña en los montes de A Capelada, en los términos municipales de A Capela y As Pontes, así como en la península del Barbanza, magníficos y recientes repoblados en Coristanco, etc. En Lugo hay una mayor dispersión, con masas importantes en Guitiriz, Friol, Vilalba, Castro de Rei, etc. En Ourense y Pontevedra hay una gran dispersión, sin masas extensas.


1.2 LA ESPECIE Y SU ECOLOGÍA

El Pinus radiata D. Don pertenece a la familia de los Pinaceas, género Pinus y subgénero Diploxylon. Dentro de éste a la sección Taeda y dentro de ésta al grupo de los Insignes en el que figuran el Pinus radiata, el Pinus muricata y el Pinus attenuata conocidos como los pinos de conos cerrados de California por el carácter serotino de sus piñas.

 

Caracteríticas botánicas y morfológicas

Los brotes de primavera son multinodales, agrupándose las ramas en uno o más pseudoverticilos. Las acículas se agrupan, predominantemente, en fascículos de tres salvo la variedad "binata" de las islas mejicanas de Guadalupe y Cedros que lo hacen predominantemente en fascículos de dos. Tienen longitudes entre 7 y 18 cm.; persisten verdes de dos a cuatro años, dando a la copa un aspecto muy denso, de tonalidad más oscura que la del pino pinaster.

En su hábitat original florece a finales del invierno o principios de primavera, madurando los conos (piñas) en el segundo otoño. Se insertan en el segundo verticilo de las guías, principal o laterales.


Ramilla con flores masculinas, piñas y piñón con ala;

Ramilla con flores masculinas, piñas y piñón con ala

En Galicia, las piñas se forman al principio de la primavera, si bien en un mismo año pueden formarse hasta tres pseudoverticilos seguidos con piñas. Esta característica puede confundir sobre la edad del pie.

Las piñas tienen carácter serotino, esto es, permanecen sujetas al árbol durante muchos años, conservando viable la semilla. Sólo se abren temporalmente, cuando hace calor fuerte, soltando parte de los piñones y volviendo a cerrarse después. El incendio produce intensa diseminación. El peso medio de una piña es de 100 g. y contiene entre 70 y 120 piñones. Por kilogramo, el número de piñones varía entre 28.000 y 40.000 unidades, con una media de 35.000 unidades.

El porte del árbol varía según la espesura en que se haya desarrollado. En densidades normales como en las repoblaciones artificiales, forma durante 40 ó 50 años, copas estrechas y puntiagudas que dan a sus masas la silueta de abetales de picea. Luego dejan de crecer en altura y tienden a aplanarse. Si el sitio es resguardado y de suelo profundo, la altura de los pies dominantes puede llegar a 40 m., pero en los sitios peores, más expuestos o de suelo superficial, no pasan de 10 m. Si el pino ha crecido aislado, como en parques o en masas abiertas, el árbol pierde pronto la guía principal, desarrolla ramas gruesas y largas y forma una copa grande, globosa, a altura variable, que de no haber poda, puede comenzar próxima al suelo. Comparado con el pino pinaster este árbol mantiene verdes las ramas bastante más tiempo originando copas más largas, que en las repoblaciones varían desde 1/2 hasta 1/6 de la longitud del tronco, según la espesura. Experimenta una mala poda natural, permaneciendo las ramas secas en el tronco durante muchos años. El peso en verde del ramaje en árboles jóvenes, de 21 cm. de diámetro normal crecidos en espesura, equivale aproximadamente al 50% del peso del tronco.

Es muy rara la presencia de diámetros superiores al metro debido a la corta vida de este árbol que no suele durar más de 100 años en sus bosques naturales.

En cuanto a la calidad del tronco, derechura, abundancia y grosor de las ramas, aparecieron diferencias en la experimentación de procedencias, mostrándose superiores los orígenes del sur de su área, Cambria y la isla de Guadalupe que, sin embargo, son de crecimiento más lento.

El coeficiente mórfico en los bosques artificiales varía entre un valor medio de 0,410 para árboles de 30 cm. de diámetro y 0,385 para los de 40 cm.

La esbeltez, relación entre la altura y el diámetro normal, en las masas del Norte de España en espesura completa tratadas según las tablas de producción de Echevarría (1942) varía a los 25 años desde 113 para la calidad I (con 780 pies/ha.) y 65 para la calidad V (con 1.480 pies/ha). En cambio, en las tablas modernas para el País Vasco (Madrigal, 1975) con espesuras muy inferiores se dan esbelteces a los 25 años de 79 para la clase I (con 399 pies/ha.) y 74 para la clase III (con 436 pies/ha.). En las tablas chilenas (1985) en masas de 30 años varía entre 109 para clase I y 83 para clase III, ambas con 611 pies/ha.

La esbeltez reviste especial importancia en relación con los daños por el viento. Así, por ejemplo, en el pino pinaster se recomienda no pasar de 70 para disminuir estos daños a los que es muy sensible. En el pino insigne son tolerables esbelteces mayores.

Los árboles adultos presentan una corteza rugosa y gruesa que puede alcanzar los 8 cm. de espesor. En Chile se estima que su porcentaje en volumen del tronco hasta diámetros en punta de 10 cm., en rodales coetáneos, varía entre 12,4% para diámetro medio del rodal de 12 cm., hasta el 23,4% para rodales con diámetro medio de 40 cm., con media de 17,5%.

El peso específico en verde del tronco con corteza se acerca y a veces rebasa los 1.000 kg./m3, pudiendo perder un 35% del peso a los 2 meses de almacenaje al aire libre en verano en el Norte de España (Echevarría, 1944).

En cuanto a la densidad básica (peso seco volumétrico) de su madera varía mucho con su posición dentro del tronco. En la madera juvenil (5 anillos del centro) es de 300 a 350 kg./m3, mientras que en la más periférica, por encima del anillo 21, puede sobrepasar los 450 kg./m3 (datos de Nueva Zelanda).

El sistema radical en la mayor parte de su hábitat es superficial. Las raíces principales que sostienen el árbol están situadas en los 60 cm. superiores. Para mejorar la resistencia al viento, en su empate con el tronco se desarrollan unos abultamientos característicos. Las raíces pueden extenderse hasta distancias de 12 m., entremezclándose e injertándose con las de otros pies. La mayor parte de las raíces se mantienen en los 30 cm. superiores invadiendo con numerosas raicillas la espesa capa de mantillo cuando éste está presente.

 

Área natural y ecología

Restos fósiles delatan la presencia de este pino en el Pleistoceno en una banda continua a lo largo del litoral californiano. Lo que se conserva en la época actual de este área antigua se reduce a los cinco pequeños enclaves que describe el cuadro siguiente y sitúa el mapa adjunto.


Ramilla con flores masculinas, piñas y piñón con ala;

Área natural del pino insigne. Comparación de latitud con España


LOCALIZACIÓN Y SUP. OCUPADA POR EL PINO INSIGNE EN SU ÁREA NATURAL

LOCALIDAD

LATITUD

ALTITUD
m.

SUPERFICIE
ha.

Swanton (California)

37º

0 - 224

400

Monterrey (California)

36º

0 - 300

4000

Cambria (California)

35º

0 - 91

1200

Isla Guadalupe (México)

29º

400 - 1160

100

Isla Cedros (México)

28º

300 - 640

100

-

-

-

5800


Las exiguas existencias en las islas mejicanas están integradas por pies aislados y bosques decadentes de pies viejos sin regeneración espontánea reciente por la presencia de cabras en los últimos decenios. En los tres enclaves californianos, en cambio, el bosque mantiene una buena y densa regeneración si bien al acercarse al estado adulto va pasando a la masa abierta característica de la especie en estado natural. Este bosque ocupa la franja que queda entre el borde del mar y las sierras costeras por cuyas laderas, que reciben los vientos marinos, sube sin alejarse del mar hasta una distancia máxima de once kilómetros.

 

Clima

El climodiagrama de una estación próxima al pinar de Monterrey muestra la evolución de las temperaturas a lo largo del año y la carencia casi total de lluvia en verano. A efectos de comparación se incluye el climodiagrama de una estación del litoral norte gallego, donde el pino se desarrolla muy bien y el de otra estación del sur de Galicia.

Del suave clima térmico de su área californiana es de destacar, en primer lugar, el carácter sumamente oceánico de las temperaturas medias mensuales. La oscilación entre el mes más cálido (que allí suele ser septiembre) y el más frío, puede variar entre 4 0C y 7 0C. En Galicia esta oscilación varía entre 9 0C al borde del mar y 17 0C en el extremo más continental, en el SE de la región.

Otras características térmicas de su área californiana son:


Temperatura media del mes más caliente

16ºC / 18ºC

Temperatura media del mes más frío

9ºC / 11ºC

Temperaturas medias anuales

12ºC / 14ºC

Temperaturas extremas

-5º C / 41 ºC

Período libre de heladas

300 días


Ramilla con flores masculinas, piñas y piñón con ala;

Climordigramas Monterrey (California, EE. UU.), Modoñedo (Lugo), Allariz (Ourense)


Del comportamiento de este pino en relación con el régimen térmico hay que destacar su capacidad para crecer con las temperaturas relativamente bajas que caracterizan allí al período vegetativo de su hábitat. Este comienza ya en enero, siendo la temperatura óptima del suelo para el crecimiento de sus raíces de 15 0C, esto es, cinco grados menos que el óptimo de otros pinos. Contrasta en esto con su poca resistencia a heladas que le vetan su utilización en muchos países del sur de Europa. Ensayos de procedencias en los países de adopción muestran un gradiente en esta resistencia que disminuye de norte a sur de su área natural.

En cuanto al régimen de lluvias, éstas suelen totalizar entre 400 y 500 mm., salvo en el extremo norte de su área, donde llegan a 900 mm. Es de destacar en todo el área la carencia casi total de precipitaciones durante el período estival, como puede apreciarse en el climodiagrama de Monterrey, con un período seco que puede durar 5 meses. Sin embargo, estos datos son engañosos ya que en el área natural del P. radiata se producen otras aportaciones de agua cuyo origen hay que situar en una combinación singular de varios factores derivados de la presencia en la costa durante el verano de aguas muy frías. Esta frialdad es provocada, en parte, por la corriente marina de California que viene del Norte a lo que se suma el surgimiento de aguas profundas frías, que ocasiona el anticiclón del Pacífico. La proximidad a estas aguas frías de las masas de aire recalentadas de las tierras del interior origina una estrecha banda de nieblas y nubes a lo largo del litoral, zona de la que nunca se sale el área natural de este pino.

El fenómeno climático antes descrito origina una alta humedad relativa en verano (no baja del 60% ó 70% en julio), una insolación baja (el cielo está cubierto una tercera parte de los días del año), así como abundantes precipitaciones por el goteo de las copas envueltas en niebla (se han medido 15 mm. algunas semanas), aportación que no delatan las estaciones meteorológicas convencionales.

En el Estado español sólo se da una situación parecida, aunque menos acusada, en algunas zonas de Canarias, donde en verano la corriente marina canaria, fría, dirigida hacia el sur y la circulación atmosférica con predominio de los alisios actuando en la misma dirección, dan frescura al ambiente y provocan frecuentes nieblas en verano, aunque con mínimas precipitaciones.

En los países templados donde no se dan aquellas características, para que el pino se instale sin dificultad se precisa un régimen de lluvias abundante y mejor repartido que en su país, como sucede en el Norte de España. Debe de tenerse en cuenta, sin embargo, que en algunos países con predominio de lluvias de verano, el pino puede sufrir ataques de hongos (granulodiplodia) que pueden desaconsejar su utilización.

No existen nevadas en su área natural. En los nuevos emplazamientos este meteoro puede causar daños importantes sobre todo cuando ha crecido con sombra lateral y adquiere un porte excesivamente esbelto.

El viento, con una velocidad media anual de sólo 7,6 km./h. en su área natural, no le crea problemas. Sin embargo, en Nueva Zelanda y Australia se considera este factor como uno de los más limitativos en su utilización. En Galicia, en cambio, cuando se le compara con el pino pinaster destaca por su mayor resistencia a este agente. Sin embargo, han aparecido daños en parcelas de buena calidad de suelo, donde los árboles adquieren pronto grandes dimensiones, en sitios normalmente resguardados pero expuestos esporádicamente a fuertes rachas de viento.

 

Suelos

La singularidad citada con respecto al clima contrasta con la amplia variedad de rocas madre sobre las que crecen sus masas naturales: pizarras, esquistos, areniscas marinas, areniscas silíceas poco consolidadas, granitos y calizas.

Los suelos son también muy variados pues pertenecen a once series de cuatro órdenes de la clasificación americana. Son ácidos o muy ácidos, la mayoría profundos, franco arenosos de buena permeabilidad, por lo menos hasta que se presenta la capa arcillosa característica de muchos de sus pinares. Se le da mucha importancia a la profundidad a la que se encuentra esta capa arcillosa, ya que ejerce un papel crítico en la existencia de este bosque en sitios secos. Dicha capa impide que el agua se infiltre lejos, manteniendo la humedad todo el año a disposición del árbol. La profundidad óptima para dicha capa se estima entre 50 cm. y 85 cm., suficiente para el sistema radical superficial de este pino. En la superficie de dicha capa arcillosa, ligeramente penetrable por las raíces, se dan condiciones ideales de humedad y de pH para una buena proliferación de micorrizas que permiten al pino una buena captación de agua y nutrientes.

En Galicia vegeta bien sobre suelos muy variados. Las únicas restricciones se observan en suelos mal drenados o en suelos ultrabásicos que por su rareza y especial intolerancia es preciso reseñar.

En su área natural, una característica importante del suelo bajo este pinar es la gruesa capa de hojarasca y residuos orgánicos que acumula en su superficie, sobre todo en los mejores sitios. Puede alcanzar grosores entre 8 cm. y 15 cm. y puede retener varias veces su peso en agua. Su parte inferior, descompuesta, origina un rico humus en el que se desarrollan numerosas raicillas. En nuestro país se puede comprobar este mismo fenómeno. Así, en el País Vasco se obtuvieron 42 t./ha. de materia seca del material acumulado bajo pinar de 30 años con cerca de 900 kg./ha. de nutrientes y una descomposición muy lenta. Esta acumulación viene a ser el doble de la producida por otros pinos, diferencia mucho mayor si se compara con el mantillo de los bosques de frondosas.

En Galicia se observa este mismo comportamiento siendo el contraste muy acusado cuando se compara su mantillo con el casi nulo producido por la Pseudotsuga en parcelas contiguas. Estos voluminosos restos pueden acarrear especiales daños por incendio, pues en nuestro clima estival, se seca en toda su profundidad originándose braseros que, al consumirse, destruye las raicillas superficiales y da entrada a los hongos radiculares que provocan la muerte meses antes o después.

 

Regeneración, tolerancia y competencia

En su área natural, debajo de masas adultas, normalmente poco densas, pueden verse subpisos de repoblado joven. Sin embargo, es en las zonas quemadas o en los claros originados por las cortas donde exhibe una profusa regeneración. Precisamente a la frecuencia del fuego se atribuye en parte la persistencia de este bosque, sobre todo en el extremo norte de su área, donde la Pseudotsuga, más corpulenta y longeva, compite por el sitio.

A su regeneración cooperan varios factores. Las piñas se mantienen bien sujetas al árbol durante muchos años, y sólo se abren para soltar alguna semilla en tiempo muy seco, volviendo a cerrarse después. Esto le permite diseminar ligeramente en muchas ocasiones aunque no haya incendio y abundantemente, de haberlo. En el Norte de España se han dado casos de rodales mixtos de pino insigne y pino pinaster que, al quemar, se siguió un fracaso de la regeneración de éste último por haber sido arrancadas todas sus piñas por ardillas y comidos sus piñones, operación que no pudieron hacer con el pino insigne que consiguió reproducirse plenamente.

Otro factor es la tolerancia que manifiesta en sus primeras edades. Esto le permite aguantar bastantes años bajo cubiertas no muy espesas e incluso atravesar el dosel que le forma el Quercus agrifolia, fiel compañero en los tres enclaves continentales o bien surgir portegido por la media sombra de los árboles muertos por el incendio.

Es un árbol poco longevo que no suele vivir más de 100 años. La evolución típica de sus masas, cuando no existe la intervención humana, suele empezar por una espesa regeneración después de una perturbación como la provocada por un incendio o una corta, exhibiendo un precoz crecimiento desde el principio, adelantándose a otros competidores por su capacidad para crecer a temperaturas ambientales más frías, como dejamos dicho. Durante los 15 primeros años sigue creciendo en altura con la rapidez que le caracteriza, rapidez que después sólo se mantiene más o menos años en consonancia con la calidad del sitio.

En este proceso, pronto unos ejemplares se adelantan convirtiéndose en dominantes y deprimiendo a los restantes, para formar, con el tiempo, el bosque abierto típico de este pino. La tolerancia inicial ha ido cambiando con el tiempo hasta hacerse muy intolerante al llegar al estado de fustal. Así, de forma natural consigue las bajas espesuras que la Ordenación recomienda para la fase adulta y que se consigue a base de aplicar un régimen adecuado de claras. Estos bosques naturales suelen presentar unas existencias medias muy bajas, inferiores a 300 metros cúbicos, contrastando con las existencias por hectárea superiores a 1.000 m3 que acumulan otras especies del litoral californiano como sucede con Pseudotsuga y sequoia. Esta última llega a rebasar los 14.000 m3/ha.


1. EL PINO INSIGNE:
Pinus radiata D. Don, pino insigne, pino de Monterrey, pino radiata

1.3 LA MADERA DE PINO INSIGNE

En cualquier especie forestal las propiedades de la madera sufren múltiples variaciones tanto por influencias externas como por las peculiaridades internas propias de la anatomía de sus tejidos vegetales. Sin considerar la influencia de la selvicultura, la madera de una determinada especie forestal presentará características distintas de acuerdo con la calidad de estación donde esté situada la masa forestal, con la incidencia del viento y con la orientación y con la pendiente del terreno donde se asiente. Dentro de un mismo árbol las propiedades de su madera presentan acusadas diferencias; la madera situada en la parte alta del árbol es diferente a la que se encuentra cercana a la base, y la madera próxima a la médula es bastante distinta a la situada hacia el exterior del tronco.

La actuación del hombre a través de la selvicultura incide fuertemente en estas propiedades. Uno de los objetivos de la selvicultura es precisamente modelar las características de la madera de acuerdo con los requerimientos de la industria transformadora y las exigencias del mercado.

 

La calidad de la madera

La capacidad o el grado de adaptación de una madera a un determinado uso es lo que técnicamente se entiende como calidad de la madera. La cotización en el mercado de un determinado uso proporciona una orientación sobre el posible valor o precio de una madera. Así, la madera de castaño es muy apreciada en la industria del mueble y, sin embargo, es de muy mala calidad como combustible. La madera de roble es muy cotizada por los ebanistas y a su vez es de mala calidad como tablero aglomerado. El pino insigne proporciona muy buena calidad en la carpintería de interiores y es de mala calidad en la fabricación de pasta de celulosa química.

Desde la perspectiva de la transformación industrial es preciso resaltar la importancia del concepto de homogeneidad del material. Cuanto más heterogéneas sean las propiedades de la madera procedente de un mismo tronco, más dificultades presentará su transformación industrial y, en consecuencia, menor será su valor. Por el contrario, una madera muy estable y homogénea tendrá en general una buena cotización en la industria. De forma similar se puede aplicar el razonamiento a una masa forestal. Cuanto más homogéneos resultan los árboles que la constituyen, tanto mejor será su cotización.

El pino insigne es un árbol cuya madera presenta unas características físico-mecánicas similares al resto de las coníferas (muy parecidas a las de nuestro pino, Pinus pinaster) que la hacen muy apreciada para la industria de carpintería y mueble, para la de estructuras de madera, para la del embalaje y para la de la pasta mecánica. Una de sus características más sobresalientes es su homogeneidad.

Entre los indicadores de la calidad de la madera más utilizados destaca el espesor de los anillos de crecimiento. En general, se entiende que cuanto más estrecho es el anillo, mejor calidad de madera al presentar una mayor densidad. El anillo de crecimiento es el resultado de acumular cada año la madera producida en verano (más densa) y la producida en primavera (menos densa). Si el crecimiento de primavera es muy superior al de verano y las diferencias de densidad de sus maderas grandes, la densidad general de la madera baja mucho y, en consecuencia, disminuye la calidad. Por el contrario, si los espesores de la madera de primavera y de verano son reducidos y más o menos semejantes, la densidad será muy homogénea y, por tanto, se producirá una madera de alta calidad.


Anillo,madera de verano y de primavera

Anillo,madera de verano y de primavera

Este hecho, general en el conjunto de las coníferas, es preciso matizarlo en el caso del pino insigne. En esta especie la diferencia de densidad entre la madera de verano y primavera es pequeña y, por tanto, no influye tanto en el conjunto de su madera. Así, la madera de pino insigne presenta un alto grado de homogeneidad y un buen comportamiento mecánico, a pesar de que el tamaño de su anillo de crecimiento sea superior a 6,5 mm. de media.

Para los usos actuales del pino insigne, la madera más cotizada se sitúa en los seis primeros metros a partir de la base del árbol y en la zona comprendida entre el cerne y la corteza.

 

El duramen y la albura

La madera joven, es decir, aquélla que produce el árbol en sus primeros años de crecimiento, se sitúa rodeando al eje vertical del árbol, con anillos de crecimiento generalmente muy anchos. Esta madera presenta una menor densidad, deficientes propiedades mecánicas y contracciones longitudinales superiores a la adulta. También contiene la mayor presencia de nudos, si es que se ha efectuado una poda artificial de las ramas. Todo ello caracteriza una madera de mala calidad que en el pino insigne se concentra generalmente en los seis primeros anillos de crecimiento y alcanza de media, para los turnos habituales de corta en nuestro país, entre el 7% y el 10% del volumen total del árbol.


Madera joven y adulta

Madera joven y adulta

Los árboles a partir de una cierta edad comienzan a sufrir un proceso en el que la madera de albura se transforma en duramen. La madera de albura, de color claro, está situada hacia el exterior y es la que se requiere en los usos de mayor valor. La madera de duramen, de color oscuro, se genera hacia el interior del tronco y sus características físico-mecánicas son muy diferentes. En el pino insigne este proceso comienza entre los doce y los quince años, más tarde que en la mayoría de las coníferas.

Debido a su rapidez de crecimiento el pino insigne es manejado en las comarcas gallegas de mayor abundancia de masas con turnos de corta en torno a 30 años. Por debajo de esta edad presenta un porcentaje de madera de duramen (baja calidad) muy pequeño, inferior al 10% del volumen total de madera. Este porcentaje aumenta con rapidez a partir, aproximadamente, de los treinta años. Datos obtenidos en Nueva Zelanda señalan que en árboles de 50 años el volumen de duramen llega al 45% del total. La madera de duramen se utiliza sin problemas en la producción de tablero aglomerado o de pasta mecánica, pero presenta dificultades en el aserrado y en los procesos de desenrollo o de chapa plana, por lo que su precio es bastante inferior al de la madera de albura.

En las cortas finales de montes de pino insigne, dentro de áreas geográficas donde tiene un buen crecimiento, se obtiene un buen porcentaje de madera de albura, superior al obtenido en cortas de otros pinos.


Sección ideal de tronco de pino radiata;

Sección ideal de tronco de pino radiata

 

La corteza

La corteza de pino era, hasta hace algunos años, un subproducto engorroso para la industria transformadora gallega. Su utilización industrial era precaria y su eliminación suponía, en general, un coste añadido en el proceso de fabricación.

A partir de los resultados experimentales obtenidos en el Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, la corteza se incorpora a otros procesos industriales, fabricación de sustratos vegetales fundamentalmente, con una importante salida comercial en el sector de viveros y jardinería. Por su parte, el desarrollo de la tecnología de calderas permite utilizar la corteza como combustible y en la actualidad se ha convertido en un material cotizado por las empresas que generan energía a partir de la combustión de biomasa.


% DE CORTEZA EN EL PINO INSIGNE

ZONA DEL TRONCO

%

Baja

25

Intermedia

9,7

Alta

9,0

MEDIA TRONCO

14,5

Fuente:Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).
% referido al volumen total del tronco con corteza en árboles adultos.

 

Excentricidad y madera de compresión

La sección ideal de un tronco sería aquélla en la que la médula y los anillos de crecimiento formasen circunferencias concéntricas, perfectamente centradas alrededor del eje vertical del árbol. Por diversas razones -pendiente del terreno, viento o malas prácticas selvícolas-, la madera sufre deformaciones -excentricidad- que dan lugar a secciones del tronco con formas parecidas a la elipse. Esta característica influye negativamente en el rendimiento industrial de la madera, en especial en los procesos de desenrollo o de fabricación de chapa plana.

Cuando se producen estas deformaciones aparece una madera con propiedades anómalas. Su origen se atribuye a la respuesta del árbol para recuperar su posición vertical natural. Se llama madera de reacción la situada en la parte de la sección del tronco que presenta anillos más anchos y madera de compresión, la situada en la parte opuesta, de color más oscuro, con anillos de crecimiento más finos, caracterizados por un mayor porcentaje de madera de verano.


Madera de compresión y de reacción;

Madera de compresión y de reacción

La madera de reacción, formada por anillos anormalmente anchos e irregulares, constituye un grave defecto para algunos usos industriales debido a su irregular densidad y a su variación respecto a las propiedades físico-mecánicas típicas. Por su parte, la madera de compresión presenta una mayor densidad y dureza y, por tanto, mayores dificultades para ser trabajada. Igualmente acarrea serios problemas en los procesos de secado dando origen a deformaciones incontroladas.

Estudios realizados por el ztb en el País Vasco sobre muestras representativas de madera de pino insigne cifran en un 15% el porcentaje medio de madera de compresión o reacción sobre el volumen del tronco. La mayor parte de esta madera se encuentra situada en las partes bajas del árbol, es decir, donde se acumula el mayor volumen provocando sustanciales pérdidas de valor.


 

Densidad

La madera como material vivo, formada por un tejido de células y canales, varía de peso en función del mayor o menor contenido de agua en su interior, es decir, de la humedad. Es por ello fundamental definir la densidad indicando el valor de la humedad de la madera en el momento de la estimación.

La densidad, como ya se ha dicho, tiene una influencia directa y muy importante en las propiedades físico-mecánicas de la madera y condiciona sus usos en todo tipo de transformaciones. Como también se ha señalado, la densidad de la madera varía dentro de un árbol entre la parte alta y baja del fuste, y en una misma sección entre el interior y el exterior.


DENSIDAD MEDIA DEL PINO INSIGNE

HUMEDAD DE LA MADERA

DENSIDAD

12%

500 Kg./m3

en verde

950 - 980 Kg./m3

Fuente:Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA)y ZTB.


VARIACIÓN DE LA DENSIDAD EN VERDE

ZONA DEL ARBOL

DENSIDAD EN VERDE

Baja

980 Kg./m3

Media

920 Kg./m3

Alta

940 Kg./m3

Fuente:Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA)y ZTB.

 

Dureza

La dureza de la madera aumenta en relación directa con su densidad. De acuerdo con los ensayos realizados por el INIA, los valores obtenidos para el pino insigne corresponden a la categoría de maderas blandas, muy parecidos a los que presenta la mayoría de los pinos que existen en España. Por tanto, la madera de pino insigne es muy fácil de trabajar y ofrece valores idóneos para la penetración de útiles cortantes, clavos y tornillos.

 

Características mecánicas

La resistencia mecánica, así como la rigidez constituyen factores esenciales para estimar la capacidad de una madera en usos estructurales (vigas, pilares, cerchas, correas, tirantes, etc.)

Por la homogeneidad de su madera y por su densidad, el pino insigne es muy valorado en Chile y Nueva Zelanda para usos estructurales en la construcción, bien como madera maciza o bien como madera laminada-encolada. En España, concretamente en el País Vasco donde en la actualidad se concentra la mayor parte del recurso, el pino insigne está teniendo una buena aceptación como madera estructural. La aparición en el mercado de madera sin nudos, procedente de los primeros pinares en que se han realizado podas artificiales, aumentará sin duda la demanda actual de pino insigne para estos fines. La presencia y el tamaño de nudos influye también en la rigidez de las piezas de madera, disminuyendo sus valores.

Por otra parte, la forma del fuste (tronco) del pino insigne, recto en la mayoría de los pinares gallegos de esta especie, sin curvaturas, permite la obtención de longitudes de troza superiores al pino pinaster. Todo ello sitúa a la madera del pino insigne en una posición muy ventajosa para su utilización en la construcción frente a la de los restantes pinos españoles.


PROPIEDADES MECÁNICAS DE LA MADERA DE
PINO INSIGNE AL 12% DE HUMEDAD

Compresión axial

434 kp./cm2

Compresión perpend. a fibras

59 kp./cm2

Cortadura radial

97 kp./cm2

Cortadura tangencial

107 kp./cm2

Flexión estática

874 kp./cm2

Módulo de elasticidad

90.000 kp./cm2

Tracción perpend. a fibras

23,5 kp./cm2

Flexión dinámica

0,37 kp./cm2

Dureza Monnin

1,8

Fuente:Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA)y ZTB.

 

Estabilidad dimensional

Cuando aumenta la humedad, la madera se hincha y cuando disminuye, la madera se contrae y reduce su volumen. Este fenómeno es una de las causas de la deformación de las piezas en el proceso de aserrado de la madera, de las contracciones que surgen en el proceso de secado y del movimiento que sufre una vez transformada y dispuesta en su destino final. En resumen, todas las maderas varían sus dimensiones en función de la humedad.

La estabilidad de una madera se mide mediante el valor de contracción total*. Para el pino insigne, 14%, este valor puede ser considerado medio en relación con el conjunto de las coníferas. El coeficiente de contracción volumétrica en esas condiciones se sitúa en 0,42%.

 

Durabilidad

La duración natural de la madera de pino insigne es similar a la del resto de los pinos, es decir, baja. No obstante, dada la porosidad de su madera los tratamientos preventivos contra agentes bióticos o abióticos son fácilmente aplicables. También la homogeneidad de su madera de albura proporciona muy buen rendimiento en los tratamientos por inmersión o al vacío. Por tanto, la madera de pino insigne es susceptible de mejorar su durabilidad mediante la aplicación de tratamientos químicos tanto en verde como en seco.

A pesar de que no producen daños estructurales en la madera, existe un tipo de hongos que la atacan en verde generando una decoloración, azulado, que deprecia considerablemente la cotización de las piezas. Estos hongos no producen daños cuando la madera está seca. Es por ello muy importante transportar con rapidez la rolla desde el monte a la fábrica donde se despiezará, tratará y secará convenientemente para evitar el ataque de estos hongos. No debe transcurrir más de una semana entre la corta y el tratamiento en fábrica.

 

Aptitud de la madera de pino insigne en distintos usos industriales

La madera de pino insigne es fácil de trabajar y presenta condiciones adecuadas para las operaciones de clavado y atornillado. Tiene propiedades favorables frente al cepillado y moldurado, soporta bien el torneado, se mecaniza con facilidad, permite la unión entre piezas sin dificultades y las operaciones de lijado y acabado se realizan sin problemas. Por todo ello, es una madera de buen rendimiento en la mayoría de las transformaciones mecánicas.


Madera de sierra:izda.,mala calidad;dcha.,buena calidad;

Madera de sierra:izda.,mala calidad;dcha.,buena calidad

 

Industría del aserrío

Las propiedades físico-mecánicas de la madera de pino insigne, así como la buena forma que, en general, presentan sus troncos, hacen que su rendimiento en los procesos de aserrado sean muy altos.

La clasificación, dimensional y por calidad, de la madera que entra en las serrerías es uno de los factores esenciales para la optimización del sistema de despiece del tronco. La posibilidad de disponer de rolla de diámetro suficiente y de varias longitudes sin variar la rectitud de la fibra, sin curvaturas y con buena forma, permite la utilización de sistemas de aserrado muy automatizados y, por tanto, obtener un buen rendimiento en el proceso.

El secado de las piezas, indispensable para la mayoría de los usos posteriores de la madera, puede realizarse al aire o mediante un secado artificial en cámara. Rebajar la humedad de la madera a valores del 14% al 18% requiere más de un mes en el secado a la intemperie. Los secaderos artificiales, dependiendo de la tecnología utilizada, emplean de dos a diez días, con la ventaja adicional de rebajar la humedad al valor que requiera su destino final. La madera del pino insigne responde muy bien a los procesos de secado artificial.

Los precios de la rolla de pino insigne destinada a aserrado son similares a los de la rolla de pino pinaster. Ahora bien, las piezas obtenidas con largos superiores a los tres metros, sin excentricidades y con buen porcentaje de madera de albura, están obteniendo un alto valor en el mercado. La razón se debe a la posibilidad de obtener tablón y vigueta utilizable como piezas estructurales en la construcción.

 

Chapa y desenrollo

La chapa de madera, láminas de pequeño grosor, se obtiene generalmente por dos procedimientos: corte a la plana o corte por desenrollo periférico o tangencial. La obtención de chapa mediante aserrado es un método artesanal que solamente se utiliza en la actualidad para la producción de chapa destinada a instrumentos musicales o piezas singulares.

La producción industrial de chapas se orienta fundamentalmente a la fabricación de tableros contrachapados o a la cubrición decorativa de toda clase de tableros. El sistema de corte por desenrollo produce una chapa que se utiliza normalmente en la fabricación de tablero contrachapado, mientras que la chapa procedente de corte a la plana se destina a la decoración.

La condición esencial para que una troza de madera pueda ser utilizada en esta industria es que su diámetro en punta delgada supere los 35 cm. Además, el rendimiento industrial de ambos procesos depende básicamente de la calidad tecnológica de la rolla, es decir, de la ausencia de defectos o anomalías en la madera. Influyen negativamente: la presencia de nudos, en especial nudos muertos, la alta conicidad, la curvatura del tronco, la excentricidad, el alto porcentaje de madera de duramen, las fendas en la madera y las bolsas de resina.

La madera de pino insigne presenta cualidades sobresalientes para la obtención de chapa destinada a tableros contrachapados o estructurales. Sin embargo, la utilización de la chapa con fines decorativos no tiene mucha demanda debido a su relativa pobreza en el dibujo. Los precios de la rolla destinada a la producción de chapa duplican o triplican a los de la rolla de aserrío.

 

Tableros aglomerados

Las características de la madera de pino insigne la sitúan en una calidad media para la producción de tableros de partículas. Sin embargo, su bajo contenido en resina añade un factor positivo ya que favorece el encolado de las partículas. También mejora el aspecto exterior del tablero dada su blancura y ausencia de manchas de resina.

En cuanto al tablero de fibras, su rendimiento es muy bueno debido a la esbeltez de sus fibras y a la blancura.

 

Pasta de celulosa

En la industria de la pasta de celulosa el pino insigne está especialmente indicado en la fabricación de pasta mecánica, pasta producida mediante desfibrado mecánico del rollizo, aunque pierde calidad debido a las manchas producidas por la elevada presencia de nudos, lo que encarece el proceso de blanqueo. El rendimiento medio en la producción de pasta mecánica es de 450 kg. de pasta a partir de 1 m3 de pino insigne con corteza.

 

Carpintería y ebanistería

La madera destinada a carpintería y ebanistería debe someterse a estrictas exigencias. En la medida en que aumente en el mercado la presencia de madera de pino insigne libre de nudos se espera un notable aumento de su demanda para estos usos. La presencia de nudos es el inconveniente más generalizado, ya que las condiciones básicas para el uso en carpintería y ebanistería las cumple perfectamente el pino insigne. Homogeneidad, suficiente estabilidad, facilidad para el encolado y dureza bien adaptada para el clavado, son características de su madera que la hacen muy útil en la fabricación de perfiles para ventanas y puertas.

 

Tableros alistonados

El tablero alistonado procede de la unión mediante colas de pequeñas piezas de madera maciza, previamente seleccionadas. El resultado es un tablero con un comportamiento mecánico muy bueno; ofrece una gran resistencia dados los avances desarrollados en los adhesivos de madera y la facilidad de la madera de pino insigne para el encolado. La naturalidad, belleza y posibilidades de transformación de este material hace que su demanda por la industria del mueble sea creciente, complementando este uso al del encofrado que se planteó en los orígenes de su fabricación.

 

Madera estructural

Se agrupa bajo esta denominación la madera destinada a usos estructurales -vigas, pilares, pórticos, cerchas, tirantes, correas- bien sea como madera maciza o bien como madera reconstruida mediante el encolado y laminado.

El pino insigne ha sido suficientemente ensayado en Chile y Nueva Zelanda durante varias décadas en toda clase de elementos estructurales. En estos países, un porcentaje elevado de viviendas rurales se construye exclusivamente con madera de pino insigne.

Respecto a la madera maciza, se ha señalado anteriormente alguna de las características que definen la buena aptitud del pino insigne en su utilización en vigas, pilares, cerchas, correas, etc. De entre ellas se puede destacar la existencia en el mercado de escuadrías de longitudes suficientes, tres a cinco metros, la ligereza, que tiene gran importancia en las estructuras, la uniformidad de la densidad en sus anillos, que proporciona una buena rigidez, y su dureza que incide positivamente en el clavado y atornillado. Respecto a la adaptación a las normas de clasificación, muy estrictas para fines estructurales, la madera de pino insgine no presenta mayores inconvenientes, en especial si se trata de madera sin nudos.

En cuanto a las estructuras de madera laminada encolada, denominación comercial que agrupa a los elementos estructurales, verticales, horizontales o de cubierta, fabricados mediante el encolado de escuadrías, varias características de la madera de pino insigne favorecen su aptitud para estos usos. En primer lugar, y como ya se ha citado, su buena respuesta a las colas debido al bajo nivel de extractivos y también la sencillez del proceso dada la rapidez del curado. En segundo lugar, su densidad, que permite la construcción de grandes luces de peso moderado. Por último, la compatibilidad de las colas con los productos protectores de la madera no presenta problemas si se utiliza el adhesivo adecuado. Esto permite el empleo de madera laminada-encolada en distintos ambientes.

Los inconvenientes para su uso se derivan de la presencia de defectos que puedan afectar a su rigidez y a la resistencia mecánica. En este sentido, la densidad y la presencia y tamaño de los nudos cobran una especial importancia. Los cuidados selvícolas orientados a conseguir madera muy homogénea, así como a producir madera libre de nudos son, fundamentalmente, para mejorar la aptitud del pino insigne para las estructuras laminadas-encoladas.

 

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