Manual de selvicultura del
Castaño en Galicia
Índice
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6. EL MATERIAL VEGETAL A EMPLEAR EN REPOBLACIONES

6.1 CALIDAD GENÉTICA

Desde el punto de vista de la calidad genética, el material vegetal que se emplee en la plantación de castaño debería garantizar como mínimo: la adaptación de las plantas a las características ecológicas de la zona de plantación, presentar buenas aptitudes para madera, fruto o ambas características simultáneamente (en función de los objetivos de la plantación) y ser resistente a las principales enfermedades.

6.1.1 Adaptación Ecológica

Si se parte de semilla (castaña), para garantizar la adaptación ecológica de la nueva plantación se ha de utilizar una fuente de semilla local o, si no disponemos de ella, semilla recogida en zonas con unas condiciones de estación similares a las de la zona donde se va a realizar la plantación.

Si se van a utilizar clones híbridos, habrá de tenerse en cuenta que, en general, los requerimientos estacionales varían notablemente de un clon híbrido a otro, especialmente en lo referente a resistencia al frío. Por ejemplo, la compra de planta de clones híbridos franceses seleccionados por calidad de fruto va acompañada de información sobre sus requerimientos ecológicos específicos.

En cuanto a las precipitaciones, precisa al menos 700 mm anuales, de los cuales 100-150 mm han de corresponder a precipitaciones estivales. Sobre sustratos calizos, las precipitaciones han de ser mayores, para permitir el lavado del el exceso de caliza activa. Un exceso de precipitación y humedad ambiental le afectan negativamente, pues favorecen la aparición la tinta (Phytophthora sp.), la armilaria (Armillaria mellea) y el chancro (Cryphonectria parasitica) y aumentan el riesgo de asfixia radicular en suelos insuficientemente drenados.

Las ramas y fustes del castaño ofrecen una buena resistencia mecánica a los vientos, aunque en masas muy densas y no aclaradas procedentes de regeneración natural, pueden presentarse problemas de descuaje por golpes fuertes de viento, pues la especie presenta un sistema radical poco profundo.

6.1.2 Aptitud: fruto-madera

La aptitud de la planta es el grado de idoneidad que ésta presenta para un determinado fin productivo, ya sea producción de madera, fruto o ambos productos simultáneamente.

Las plantas adecuadas para producción de madera se consiguen recogiendo semilla en buenos rodales madereros de castaños, que presenten árboles con fustes derechos, baja ramosidad, buen aspecto fitosanitario, etc, cuya superioridad en este sentido no sea debida únicamente a unas mejores condiciones de suelo o clima. También se puede partir, en aquellas zonas que lo aconsejen, de clones híbridos resistentes seleccionados por su aptitud forestal, que se obtienen por propagación vegetativa.

Si se busca una orientación de la plantación para producción de fruto, se usa semilla procedente de buenas variedades tradicionales de producción de castaña para de esa forma obtener el patrón sobre el que se injertan púas. El patrón también puede ser castaño híbrido, en zonas atacadas por tinta. Existen igualmente algunos híbridos resistentes que son productores directos, aunque la calidad de sus castañas es en general menor que la de las variedades de castaño del país. Se ha de tener en cuenta la fecha de recolección de la semilla, ya que los híbridos productores directos tienen una brotación temprana y producen castaña desde septiembre hasta principios de octubre, mientras que las variedades de castaño del país producen fruto entre octubre y la primera quincena de noviembre.

La producción mixta requiere el uso de variedades aptas y la realización de prácticas selvícolas adecuadas como por ejemplo contemplar espaciamientos intermedios entre los propuestos para fruto y los propuestos para madera.

6.1.3 Resistencia a enfermedades

La obtención de planta resistente a la enfermedad de la tinta está conseguida en los castaños híbridos, por el contrario todavía no se han logrado plantas resistentes a la enfermedad del chancro, lo cual es objeto de investigación.

El problema que se plantea cuando se utiliza este material híbrido resistente es la ausencia de información sobre su adaptación ecológica a los lugares de plantación. En cuanto a su aptitud, aunque antiguamente los clones comercializados por la Administración Pública se vendían con un reducido nivel de información en este sentido, en la actualidad los viveros privados manejan algunos clones híbridos con aptitudes conocidas.

Tabla 4. Clones híbridos resistentes a la tinta disponibles actualmente en los viveros privados y sus aptitudes según el Centro de Investigaciones Forestales (C.I.F.) de Lourizán y algunos viveros forestales.

6.2 CALIDAD EXTERIOR DE LA PLANTA

Actualmente, la importante demanda de planta de castaño y el elevado coste de las plantaciones realizadas con esta especie hacen necesario contar con planta de calidad, que asegure el éxito de la plantación.

Una planta de castaño es de calidad cuando presenta una buena condición genética (buena adaptación y aptitud) y unas características fisiológicas y de forma que le permiten un buen arraigo y crecimiento posterior en monte. En principio, una planta bien conformada tendrá también un buen estado fisiológico, pues la morfología de la planta es la respuesta a las condiciones ambientales y a las prácticas culturales del vivero. Dentro de los parámetros morfológicos que se pueden evaluar los más frecuentes son la altura, el diámetro en el cuello y la relación parte aérea/ parte radical.

En general, una planta de castaño tiene buenas características morfológicas cuando presenta una única guía, existe equilibrio entre la parte aérea y el sistema radical y no está aparentemente afectada por plagas, enfermedades o carencias nutricionales. Es interesante que el tallo esté libre de ramas, para que el crecimiento en primavera se inicie a partir de las yemas situadas sobre el tallo, y que haya crecido 1 ó 2 años en vivero.

La altura de la planta producida en el vivero está relacionada con el tipo de cultivo y las condiciones estacionales del vivero. Una altura excesiva puede agravar el estrés producido durante el arranque y manipulación de la planta para su establecimiento en plantación, por lo que debe optarse por plantas de tallas medias, que presentan además un menor costo de adquisición. En general, las plantas de una savia de talla media son más rústicas que las de dos savias trasplantadas o las de una savia de gran talla, presentando crecimientos iniciales en plantación superiores, especialmente en estaciones de baja calidad. Normalmente, con un año de semillero en vivero se obtienen plantas robustas de 30 cm de altura.

Sin embargo, en algunas experiencias realizadas en Portugal se han obtenido a partir de plantas de dos savias incrementos bastante superiores en peso y volumen con respecto a plantas de una savia, tres años después de la plantación, con igual porcentaje de marras. En cualquier caso, es frecuente que las plantas de dos savias presenten bastante desequilibrio entre la parte aérea y la radical.

El equilibrio entre la parte aérea y radical es un aspecto fundamental. La planta de castaño de una savia alcanza alturas variables, desde 25 cm a más de 60 cm. La planta estará perfectamente equilibrada si el peso de las raíces es igual al peso del tallo. Es importante que el sistema radical sea suficiente y esté formado por numerosas raíces secundarias, lo que se consigue en plantas de dos savias mediante trasplante o levantamiento de la planta (pase de cuchilla que pretende tan sólo la remoción de la tierra), controlando así el crecimiento de la raíz pivotante. Se deben rechazar plantas con un sistema radical escaso o que presenten importantes curvaturas, por su alta probabilidad de fracaso en la plantación definitiva.

En el caso de la producción de planta destinada a las plantaciones frutales y, para tener mayores garantías de que las plantas no están afectadas por enfermedades, se recomienda el injerto en vivero de variedades tradicionales sobre patrones resistentes, que deben ser vigorosos y con un buen sistema radical.

Los comentarios anteriores se aplican básicamente a planta producida a raíz desnuda. El cultivo en envase del castaño es de aplicación reciente y está asociado a la aparición en el mercado de múltiples variedades de envases de plástico de pared rígida, individuales o en bandejas. Para el correcto desarrollo de la planta, ésta debe crecer en contenedores de al menos 300 cm3, que deberán contar con un sistema de guiado de las raíces que evite el enrollamiento y con orificios basales que permiten el autorrepicado y que evitan su deformación. El cultivo en contenedor proporciona un desarrollo equilibrado del sistema radical y de la parte aérea, siendo los criterios de calidad morfológica los mismos que los aplicados a las plantas producidas a raíz desnuda. Con unos 4 meses de cultivo en envase, tras la siembra en invernadero, se puede obtener una planta apta para la plantación.

Una ventaja con respecto a la planta a raíz desnuda es que la planta en contenedor reduce el estrés post-trasplante, ya que se conserva íntegro el sistema radical en el cepellón y se mantiene la humedad durante el transporte de la planta al campo, protegiendo a la planta contra los daños mecánicos y el estrés hídrico. En consecuencia, la planta en contenedor mejora la supervivencia y los crecimientos iniciales de la plantación y resulta un tipo de planta especialmente aconsejable cuando las cuadrillas de plantadores son poco experimentadas o las condiciones de estación son poco favorables.

Un aspecto de gran interés es la posibilidad de que la planta se haya micorrizado adecuadamente en vivero, puesto que la planta micorrizada tiene una mayor capacidad de absorción de agua e iones minerales y su sistema radical está más protegido de agentes patógenos, constituyendo una mayor garantía de éxito en la plantación.

6.3 TIPO DE MATERIAL A USAR: CASTAÑO DEL PAÍS O CASTAÑO HÍBRIDO

Antes de plantar se ha de escoger entre el castaño del país (Castanea sativa) y el castaño híbrido (Castanea x hybrida). El castaño japonés (Castanea crenata), que es resistente a la tinta y al chancro, se ha desechado tanto para producción de fruto como de madera, por el peor sabor y la dificultad de pelado de la castaña en el primer caso y por presentar un porte bastante inferior al del castaño del país en el segundo. Tampoco puede ser usado como patrón para injertar variedades tradicionales puesto que existe incompatibilidad entre ambas especies.

Existen dos factores básicos a tener en cuenta para realizar la elección de uno u otro tipo de material, como puede verse en la Tabla 5:

  • La altitud a la que se realiza la plantación, que determina en buena medida el riesgo de infección por el patógeno responsable de la enfermedad de la tinta -Phytophthora sp.-.
  • La orientación productiva que queremos dar a la plantación: producción de fruto o madera.

Tabla 5. Tipo de material a emplear en función del tipo de producción y la altitud de la zona.

Es posible emplear el castaño del país tanto en plantaciones de madera como de fruto (variedades tradicionales injertadas sobre patrón de castaño del país) en zonas de montaña con cotas superiores a los 600-700 m, donde la incidencia de la tinta es reducida, a excepción de exposiciones sur, dónde ésta puede llegar hasta los 800-900 m.

En cotas inferiores, los problemas de la tinta obligan a emplear clones híbridos resistentes, que requieren por otra parte condiciones climáticas más suaves. En Galicia, la orden que regula la comercialización de material forestal de reproducción denomina "Terras Baixas de Galicia" a estas zonas. En plantaciones para madera habrá de emplearse un clon híbrido con aptitud para este tipo de producción. En las plantaciones de fruto pueden utilizarse clones híbridos como patrón y púas de variedades tradicionales o bien híbridos con aptitud para la producción de castaña.

En altitudes intermedias (400-600 m) la decisión entre emplear material híbrido o castaño del país es más compleja y depende de las particularidades de cada zona. Por ejemplo, los híbridos pueden tener problemas con las heladas tardías de primavera, y por otro lado el riesgo de infección por la tinta puede ser alto. Los híbridos productores directos de fruto presentan mala adaptación a zonas interiores por su falta de resistencia a la sequía y por su brotación temprana, que los hace muy sensibles a las heladas tardías, por lo que su uso en cotas intermedias está desaconsejado.

6.4 CASTAÑO HÍBRIDO RESISTENTE. SISTEMAS DE PRODUCCIÓN

La producción de castaño híbrido resistente a la tinta ha de llevarse a cabo obligatoriamente mediante propagación vegetativa, pues el uso de semillas supone casi siempre la pérdida de la resistencia. Se partirá de híbridos resistentes, que denominaremos árboles madre, para obtener plantas genéticamente idénticas a éstos (clones).

El sistema de propagación vegetativa que mejores resultados ha aportado hasta épocas recientes ha sido el acodo bajo, mediante recepado de las plantas madre. Tras el recepado, la cepa emite brotes largos y vigorosos, que son anillados y tratados con hormonas en su parte basal, aporcando tierra finalmente para tapar la zona tratada. Estos brotes emitirán raíces y podrán ser separados de la planta madre para continuar su crecimiento como plantas independientes. Estas nuevas plantas, llamadas barbados, tienen de 1-1,5 m de altura y diámetros basales de unos 2 cm. Este sistema de producción presenta, sin embargo, algunos inconvenientes, como son:

  • Baja producción por unidad de superficie (10.000-20.000 plantas/ ha).
  • Largo tiempo para la entrada en producción (unos 4 años).
  • Necesidad de un número elevado de jornales en cortos períodos de tiempo.
  • Costos de producción elevados.
  • Plantas de calidad deficiente, descompensadas y con un sistema radical asimétrico y poco desarrollado (el peso seco de la raíz nunca es más del 10% del peso del tallo).

En áreas con un régimen de lluvias regular a lo largo del año, las plantaciones con este tipo de material proporcionan resultados aceptables, pero en zonas que sufren uno o dos meses de sequía estival, como ocurre en muchas zonas de Galicia, las marras pueden ser elevadas. Actualmente, para solventar los problemas de calidad de la planta producida por acodo bajo, el barbado se transplanta y se mantiene un año más en vivero, mejorando su sistema radical.

Planta de acodo tradicional con sistema radical insuficiente (izquierda). Planta de acodo después de un año de refuerzo en vivero, con un sistema radical equilibrado (derecha).

En cuanto a otras alternativas de producción vegetativa, se ha desechado el empleo de estaquilla semileñosa por lo delicado del proceso y por los bajos porcentajes de enraizamiento obtenidos.

Un nuevo sistema de producción que se está empleando actualmente es la propagación por cultivo in vitro, o micropropagación, llevándose a cabo el enraizamiento in vivo, paralelamente a la aclimatación de las plantitas, en túneles de aclimatación con sistemas de nebulización tipo 'fog-air', seguido de uno o dos años de cultivo en vivero (para aumentar el tamaño de la planta). Esta técnica de multiplicación clonal es la más prometedora en castaño. De hecho, en Francia se propagan comercialmente varios clones híbridos que se han seleccionado por su aptitud para la producción de fruto y que se presentan en injerto sobre patrón o en sus propias raíces.

Las ventajas e inconvenientes que este sistema presenta en comparación con la producción convencional por acodo se citan a continuación.

Tabla 6. Ventajas e inconvenientes del cultivo in vitro.

En la planta micropropagada es frecuente una mayor producción de ramas laterales, lo que hace recomendable su poda antes de salir del vivero.

Desde el punto de vista económico, el castaño híbrido resistente resulta mucho más caro que la planta de castaño del país, reduciéndose los costes mediante el establecimiento de plantaciones madereras mixtas cuando se planta a altas densidades, siempre que las condiciones lo permitan.

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