Manual técnico de selvicultura del
EUCALIPTO
Índice
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PLANTACIÓN


5.1. Marco y densidad de plantación

> La elección del marco adecuado de plantación (distancia entre riegos y entre plantas) tiene una gran importancia económica. La disposición de la plantación condiciona el número de plantas por hectárea o densidad. Esto no sólo repercute en los costes directos de la plantación, sino que influye en los cuidados necesarios y la protección posterior, el coste de los aprovechamientos y la calidad de los productos finales.

Una densidad de cultivo inicialmente alta tiende a producir más volumen total, con individuos menos ramosos, menores diámetros y mayor porcentaje de corteza sobre el volumen total. En este caso se tiende al aprovechamiento del sitio, pero con productos que no estén restringidos por el diámetro (apeas de mina, leñas o postes para la construcción de bateas). Además, cuando la densidad es excesiva se incrementa la proporción de árboles suprimidos o dominados.

El marco y densidad del cultivo repercuten en los costes y en la producción final

Por el contrario, densidades muy bajas (mayor espaciamiento) permite un mayor desarrollo de cada individuo, pero también más ramas y, por supuesto un menor volumen final y menor aprovechamiento del terreno. La calidad del producto (madera para desenrollo) podría llegar a compensar la pérdida productiva, si bien el turno o edad de corta es más largo que a densidades altas.

Así, deberá elegirse un marco de plantación que permita optimizar el terreno y la producción final, además de favorecer diversos usos. Como recomendación de carácter general para nuestra región, considerando el compromiso entre la producción en volumen y los diámetros de los árboles, la densidad idónea parece ser de 1.600 plantas por hectárea.

El empleo de un marco regular de plantación favorece la uniformidad de los árboles. Para alcanzar la densidad de 1.600 plantas, un marco regular de 3x2 puede resultar muy adecuado. Generalmente, la distancia entre líneas o riegos será de 3 metros, separando las plantas entre sí 2 metros. Otros marcos que se utilizan son 3,5x2 (1.400 plantas/ha) y 3x3. En ningún caso deberían plantarse más de 1.600 ni menos de 1.100 plantas por hectárea.

  

5.2. Preparación de la plataforma y plantación

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Tal y como ya se ha dicho (apartado 3) es muy conveniente utilizar planta con cepellón y con origen de semilla certificado. Su coste viene sobradamente compensado por los mayores crecimientos por hectárea y mejor calidad general de la planta al proceder de árboles seleccionados. Aún cuando las raíces de las plantas con cepellón son frágiles, resultan más eficaces para realizar su labor de alimentar a la planta. Si se transporta adecuadamente y se maneja con cuidado (ver apartado 3.2) se obtienen mejores resultados que con plantas de otro tipo.

Pasos para la plantación correcta de la planta
Pasos para la plantación correcta de la planta
  • Una vez realizada la plataforma (o el hoyo en su caso) se utilizará un "pincho" para facilitar la posición vertical de la planta.
  • Se colocará la planta en el centro de la plataforma, introduciendo con cuidado el cepellón completo en el hueco realizado previamente.
  • Finalmente, y con las manos, se rodeará de tierra y se presionará ligeramente para evitar que quede aire entre las raíces.

La planta con cepellón se puede plantar durante todo el año siempre que se evite el tiempo extremadamente frío, o seco y caluroso, que puede matar las plantas jóvenes. Para plantaciones en verano es necesario que el cepellón esté bien empapado en agua para que aporte a la poza parte de la humedad necesaria para el arraigo.

El lugar de plantación debe estar lo mejor acabado posible para facilitar el arraigo de la planta. Nunca se plantará en el fondo del surco subsolado. Debe realizarse una plataforma, tapando completamente el surco hasta el nivel original del suelo con la tierra removida. Se evitará dejar piedras grandes o cortantes en el hoyo o en contacto con la planta, ya que pueden impedir el normal desarrollo de las raíces o dañar la planta.

La planta se colocará en el centro de la plataforma. Se pondrá completamente vertical para evitar que las raíces se orienten en dirección equivocada, así como posibles estrangulamientos y doblamientos. Sólo se enterrará el cepellón evitando tanto el dejar parte de éste al descubierto como enterrar hojas o parte del tallo. Para hacer esta tarea bien se usará un «pincho» que abra en el suelo un agujero vertical de unos 15 cm. No se debe usar una azada para plantar pues la planta siempre quedará torcida.

No se debe pisar la tierra después de plantar para no compactarla demasiado y doblar o romper raíces. No obstante hay que tener mucha precaución para que no queden huecos en contacto con el cepellón y sobre todo debajo de él lo que supondría la mortalidad total o parcial de las raíces. A efectos prácticos lo ideal es una ligera compactación de la tierra con la mano, algo más intensa cuanto más seca esté la tierra.




La incorrecta colocación de la planta supone su pérdida
  • No use azada en el momento de la plantación, pues provoca que la planta quede torcida (1).
  • No pise la planta, pues causa daños graves en las raíces (2).
  • No deje el cepellón sin cubrir correctamente con tierra, ni entierre el tallo (3).
  • Nunca situe la planta en el fondo ni en los laterales del surco (4).
Los hoyos o casillas deben ser de las mayores dimensiones posibles

 

5.3. Abonado

Modo de abonar correctamente la planta

El abonado debe realizarse inmediatamente después de la plantación y sobre el terreno limpio.

La fertilización o abonado de la planta en el momento de la plantación es esencial para mejorar su desarrollo y crecimiento de los primeros años. Los efectos durante los primeros meses son muy patentes, y en el caso de especies como el eucalipto, este «tirón» inicial se traduce en un menor tiempo de cosecha (reducción de la edad de corta) o más madera al final del turno.

La finalidad principal de la fertilización es ayudar a la planta a desarrollarse rápidamente en los dos primeros años, tanto en su parte aérea como radicular, lo que le permitirá aprovechar la preparación del suelo y competir ventajosamente por los nutrientes del mismo con el matorral que brote o germine posteriormente.

Efectos de la fertilización inicial en una plantación de 6 meses: NO FERTILIZADO Efectos de la fertilización inicial en una plantación de 6 meses: FERTILIZADO CON 100g. de 8:24:16

Aun no siendo una operación complicada hay que tener cuidado con el tipo de abono y el modo de obrar. Por lo general, resulta suficiente añadir un abono sólido granulado de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), como por ejemplo, 8:24:16 (N8-P24-K16). Si bien el nitrógeno es fundamental para el crecimiento de la planta, un exceso puede ser muy perjudicial, por lo que hay que evitar los abonos ricos en nitrógeno como el triple 15 (N15-P15-K15). Respecto otro tipo de fertilizantes, hasta el momento no hay estudios suficientemente contrastados que demuestren que la utilización de abonos de lenta incorporación o liberación gradual en la plantación de eucaliptos sean una alternativa rentable al uso de los abonos tradicionales agrícolas, mucho más baratos y fácilmente asimilables por la planta.

Debe fertilizarse en el momento de la plantación. En cualquier caso debe de realizarse antes de 30 días tras la plantación. No deben emplearse cantidades superiores a 100 gramos por planta, evitando siempre que el abono toque directamente la raíz. No hay que abonar encima de la hierba o maleza viva. Por ello es imprescindible mantener completamente limpio un círculo de unos 70 cm de diámetro alrededor de la planta.

Costes de plantación (en porcentajes)
El abonado representa tan sólo un 7% del coste de la plantación

El abono debe disponerse alrededor de la planta, a partir de unos 20 cm. Para ello se realizan unos surcos en sentido perpendicular a la pendiente. Tras añadir la dosis de fertilizante se cubre con tierra ayudándose del pie o de la azada. Esto evitará que la primera lluvia lo disuelva y pueda afectar al eucalipto o, si ésta es muy fuerte, lo arrastre.

En ensayos suficientemente contrastados se han observado diferencias de crecimiento, al cabo de 6 meses, de más de 1 metro de altura entre plantas fertilizadas y no fertilizadas. Este resultado es independiente de la calidad de la parcela. En otras experiencias similares, medidas al final del turno de corta, se han observado incrementos entre 60 y 120 toneladas por hectárea (dependiendo de la calidad del terreno) para edades de corta de 10 años.

También se están realizando ensayos de fertilización adicional en el 4º año (o posteriores) con resultados parciales muy interesantes. En otras experiencias se indican incrementos elevados del volumen de madera al final del turno tras la fertilización adicional con nitrógeno 2 años antes de la corta.

 

5.4. Reposición de marras

La pérdida de plantas hace que nuestros esfuerzos por planificar los trabajos, la densidad de cultivo y los posibles beneficios, puedan verse alterados. Los fallos o marras de la plantación, producidos por muy diversas causas, deben ser repuestos lo antes posible. Con ello se evita que las nuevas plantas queden dominadas, además de aprovechar al máximo el trabajo inicial de limpieza y preparación del terreno. Por lo general no debe ser posterior al segundo mes después de haber terminado la plantación y no se debiera realizar más que una vez.

Previamente, se debe llevar a cabo una evaluación de supervivencia. Para ello basta con contar, en dos o tres lugares de la plantación, un total de 100 plataformas o pozas, anotando en cuales hay planta viva. Si el número de plantas vivas es superior a 95 por cada 100 plataformas contadas, no resultaría imprescindible realizar la reposición de la planta perdida. Por contra, si el número de plantas es sensiblemente inferior al 95% (lo que indicaría una porcentaje de fallos o marras superior al 5%) es necesario reponer marras.

>La reposición debe hacerse cuanto antes, a fin de que la diferencia de crecimiento entre las plantas iniciales y las nuevas no implique un menor crecimiento de las últimas. Las marras hay que abonarlas de nuevo al igual que la plantación inicial pues es casi seguro que los nutrientes del primer abonado no estén ya a disposición de la nueva planta. Del mismo modo, habrá que tener cuidado de que la plataforma de plantación esté libre de maleza.

 

 

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