Manual de selvicultura del
Pino Radiata en Galicia
Índice
ÍNDICE

 

2. SELVICULTURA Y CALIDAD DE LA ROLLA

2.1 CALIDAD TECNOLÓGICA DE LA MASA

La calidad tecnológica de una masa forestal dependerá de la proporción relativa entre los volúmenes de los distintos tipos de rolla (según su destino industrial) a obtener en el momento de realizar la corta final. Se maximizará la calidad producida si el importe total de venta en pie de la madera es el más elevado posible. Cuando se emplean criterios financieros para estimar el turno futuro, el valor total de la madera vendida en pie será inferior a aquél máximo posible, ya que intervienen en su cálculo el coste que suponen los trabajos necesarios para conseguir tal calidad.

En buenas estaciones, las masas de pino insigne con buena calidad tecnológica proporcionan una importante cantidad de madera de chapa y de sierra si se tratan adecuadamente; cuando la estación es de menor productividad potencial, la mayor cantidad de madera tendrá que ser destinada en su momento a tableros de fibra o de partículas o a pasta de celulosa.

La obtención de proporciones adecuadas de rolla para chapa plana, desenrollo y para sierra (en este caso si se quiere que proporcione tabla de las primeras calidades) requiere masas con árboles rectos, de gran porte, diámetros y alturas homogéneas, así como árboles con buena altura de fuste limpia de nudos y sin pudriciones, chancros, malformaciones u otros defectos físicos. Además, debe alcanzarse una relación óptima entre diámetro normal medio y altura media de la masa, así como un coeficiente mórfico (o relación entre volumen real del fuste medio y un tronco cilíndrico del mismo diámetro normal y altura) adecuados.

Rolla de pino radiata para chapa y desenrollo

Rolla de pino radiata para chapa y desenrollo

 

2.2 CARACTERÍSTICAS QUE CONDICIONAN LA CALIDAD DE LA ROLLA

a) Fustes rectos

Los fustes de pino insigne tienen una gran tendencia natural a mantener su eje recto. Por ello, los defectos más frecuentes en la forma de los fustes de pino se derivan del ahorquillado y de las curvaturas producidas por la evetria (una pequeña mariposa).

El ahorquillado se produce cuando se forman dos (o más) troncos en el mismo pie en lugar de uno. El nacimiento del segundo tronco, cuando ocurre, puede tener lugar a cualquier altura del fuste, aunque generalmente es a menos de cinco metros del suelo. Generalmente la aparición de un segundo tronco tiene como causa un ataque de evetria cuya larva perfora y destruye la yema principal, ante lo que reacciona el árbol formando más abajo un verticilo de ramas entre las que no se da un claro dominio de una sobre las demás (aunque cabe que también el doble tronco puede tener origen genético en algunos casos).

La curvatura simple, o la formación de un lazo en el tronco, está provocada por un crecimiento anormal -o desigual- entre dos generatrices opuestas a la yema terminal durante un mayor o menor período de tiempo.

Estos dos defectos, ahorquillado y curvatura, además de hacer inservible para cualquier uso industrial una parte del fuste, facilita la rotura o tronchado del mismo bien por efecto del viento, la helada persistente o la nieve, bien por el propio peso de la parte superior del tronco.

b) Arboles de gran porte

Se pueden conseguir árboles de gran porte por efecto combinado de buena calidad de la estación, buen programa de claras a lo largo del turno (hasta alcanzar un número adecuado de pies por unidad de superficie en el momento de corta) y un turno de producción suficientemente largo. Complementariamente, podas adecuadas también pueden ayudar a conformar el buen porte de los pies de las masas.

c) Masas con árboles homogéneos en porte, diámetro y altura

La cantidad de madera de una masa monoespecífica y regular en volumen que puede obtenerse en una parcela concreta, que ha recibido una preparación del suelo, un abonado y unos tratamientos selvícolas determinados, depende prácticamente sólo del turno de corta y de la condición genética de la planta utilizada en la repoblación, siempre que las copas a lo largo del turno hayan hecho una cubierta suficiente del suelo.

Como más adelante se indica, el precio de la madera en pie de pino insigne por metro cúbico tiene una alta dependencia del volumen de cada pie; así, el precio de la madera por metro cúbico y por pie crece más rápidamente que su volumen.

En estas condiciones, el valor máximo de una masa forestal se consigue, al menos a partir de una determinada edad, con el menor número de árboles cuyas copas cubran el suelo y con árboles de la máxima homogeneidad en los fustes.

Por lo tanto, la plantación debe hacerse con un número de pies adecuados a la calidad de la estación, a la condición genética de la planta empleada y al turno de corta estimado inicialmente.

Si se emplea planta producida con semilla convencional, habrá unas mayores diferencias de forma entre los troncos; a medida que la planta proceda de semilla con mejor variabilidad genética, consecuencia de un proceso de selección en cascada, la homogeneidad de los fustes será creciente.

Si la planta es clónica, las diferencias entre los fustes estará originada por las irregularidades del suelo y, en su caso, por aplicar tratamientos selvícolas diferentes de una a otra parte de la parcela.

d) Fustes parcialmente sin nudos

La presencia o ausencia de nudos es uno de los grandes determinantes de la calidad tecnológica de la madera y de los destinos industriales de la rolla.

En Galicia el nombre genérico de rolla se aplica a las piezas que resultan del troceado del fuste a fin de asignar cada parte al destino industrial más idóneo. La troza comercial final más alejada de la base del fuste se conoce como puntal y es destinado casi siempre al astillado. Raberón es la parte final del fuste que no tiene aprovechamiento en la industria, aunque sí lo puede tener como leña.

El troceado se hace generalmente en monte, bien a pie de tocón, bien en cargadero; se despieza habitualmente con una longitud fija de 2,5 m., aunque la madera a astillar también suele cortarse a 2,0 m. Cuando se despiezan latas o varas para obtener estacas pueden hacerse los cortes de 1,8 m. en adelante. Esta operación de troceado facilita ya en el monte la clasificación de la rolla según el destino industrial y mejora el volumen real de la madera que puede cargarse en un determinado volumen de caja del camión o vagón. Actualmente hay una demanda de rolla de longitud superior a 2,5 m. para obtener tabla, tablón, viguetas, etc. con destino a estructuras de madera en la edificación; en este caso, la ausencia de nudos mejora la resistencia de la tabla y permite ahorros importantes en las escuadrías de las piezas resistentes.

La obtención de fustes que permitan despieces sin nudos debe conseguirse con la aplicación de un programa de podas bien pensado y mejor aplicado. También influye la condición genética de la planta. El pino insigne ramifica tanto en un solo verticilo anual como en varios verticilos. Así, a través de la mejora genética se pueden conseguir variedades o clones cuyos árboles presentan todos el mismo tipo de ramificación. Cuando la ramificación se hace en verticilos bien definidos, el fuste cambia de diámetro medio entre la sección anterior y posterior al verticilo; cuando menos verticilos se den por año, tanto mayor será la diferencia entre aquellos diámetros; cuanto menor es el número de ramas por verticilo, tanto menor también es la diferencia entre los diámetros medios de aquellas secciones.

La poda es una operación cara y la confección de un programa adecuado elaborado partiendo de criterios técnicos y de criterios financieros es muy conveniente por las implicaciones que tiene tanto en la calidad o condición tecnológica de los fustes de la masa como en la rentabilidad del dinero invertido o del trabajo personal, en su caso, empleado. Porque, además de una gran incidencia en la ausencia o presencia de nudos y en la mejora del coeficiente mórfico, y por tanto en el destino y en el valor de la rolla, la poda también puede provocar daños si se aplica cuando ya las ramas y el diámetro del fuste son muy gruesos, pero también porque las heridas de poda pueden facilitar la producción de partes más o menos grandes (pero siempre situadas en la parte inferior del fuste, donde más gruesas son las rollas y mayor valor tiene la madera) y depreciar así el valor de las masas (puede consultarse el capítulo de plagas y enfermedades para tener más referencias de este aspecto).

El coste de la poda de una masa depende del número de árboles a los que se practica, del diámetro de las ramas, del número de ramas a cortar y de la altura del verticilo sobre el suelo.

La altura máxima de poda depende de la rentabilidad del procedimiento empleado. Si se practica con sierra manual y mástil o alargadera regulable y una pequeña escalera auxiliar, se puede alcanzar la altura equivalente a dos rollas más de lo que queda del tocón tras la corta (esto es, 5,2 a 5,3 m.). Si se emplean procedimientos más sofisticados tales como plataformas elevadoras remolcadas por tractor y sierras neumáticas, eléctricas o hidráulicas, se puede alcanzar la altura necesaria para obtener tres trozas sin nudos (esto es, unos 7,8 m.) con buena rentabilidad.

En las estaciones excepcionales por calidad de Galicia, allí donde la productividad potencial o el crecimiento medio real del pino insigne se aproxima a los 35 m3 c. c./ha. y año, el crecimiento medio en altura por año sería de 2,5 m. En tal caso, podrían conseguirse trozas sin nudos sin necesidad de podas, si la variedad utilizada echase un solo verticilo por año, troceando el fuste precisamente por los verticilos.

e) Fustes sin pudriciones, chancros, malformaciones y otros defectos físicos

En el capítulo de enfermedades se habla tanto de plagas como de las enfermedades que afectan al tronco. Pero toda incidencia sobre el fuste tiene consecuencias sobre la calidad de la madera de la masa. Así, otros defectos importantes son la presencia de nudos secos, caedizos o no, heridas de poda derivadas tanto de cortes cuando el diámetro del tronco y de las ramas (verdes) son demasiado grandes, como de cortes mal practicados (véase capítulo sobre podas), heridas provocadas por maquinaria al realizar las labores selvícolas, al arrastrar madera de claras, o por cualquier otro evento.

En general, el pino insigne cuando forma masas no presenta malformaciones que no se deriven de plagas o de enfermedades. Aunque, obviamente, nevadas extraordinarias, vientos huracanados, rayos, u otros meteoros como las heladas persistentes pueden provocar troceado de troncos y ramas, desaparición de las yemas terminales, fendas longitudinales … También se pueden presentar troncos con crecimiento algo excéntrico en pies de borde de masas muy espesas.

f) Fustes con buena relación entre altura y diámetro y con buen coeficiente mórfico

La altura de los pies dominantes de una masa regular y monoespecífica de pino insigne que haya recibido un programa de claras adecuado, siempre que la condición genética de los pies que la conforma tenga una cierta homogeneidad, depende tan sólo de la calidad de la estación y de la edad de la masa. Por ello, clareos, claras y podas, en parcelas con terreno y fertilidad homogéneas, no influye en la altura de los pies de la masa que crecen más en altura.

También se sabe que el volumen total de material leñoso que se puede producir (esto es, sumando la existente en pie en cualquier momento más la realizada en cortas intermedias) en una parcela determinada, a la que se van a dar unos tratamientos al suelo definidos, y en la que se va a realizar una repoblación con planta de pino insigne de calidad homogénea, va a depender sólo de cuál es la calidad de la estación (ya sea natural o mejorada a través de tratamientos al suelo, incluido abonados), de la edad de plantación y de la competencia por la luz, el agua o los fertilizantes que puede establecer la vegetación ajena a la masa de pino insigne a crear siempre que las copas de éste mantengan la máxima cubierta, o al menos una cubierta suficiente, del suelo. Cuando el vuelo ocupa sólo parcialmente el suelo, el volumen de material leñoso producido por una plantación en un determinado período de tiempo será directamente proporcional a la proporción de suelo ocupado por el vuelo y a la producción leñosa que tendrá esa misma masa a ocupación plena del suelo.

La superficie ocupada por la copa de un pino insigne de una plantación regular y monoespecífica a una edad determinada depende básicamente de la competencia lateral que establecen los pies de su entorno así como del tiempo transcurrido, en su caso, desde la última clara.

Cuando la densidad de plantas sobrepasa un determinado umbral (dependiente de la calidad de la estación, de la edad de la masa y de la condición genética de los pies de pino insigne), las copas se traban y la fracción de suelo ocupada por las copas llega a un máximo. También llega a un máximo el crecimiento leñoso que es posible producir en ese momento por la masa de pino insigne.

Como, por un lado, de la superficie de las acículas verdes en buen estado vegetativo de una masa regular y monoespecífica de pino insigne depende directamente la cantidad de materia orgánica producida por ella en una determinada estación, edad y unidad de tiempo; como, por otro, la materia leñosa es la suma de la contenida en los fustes y en las ramas; y como, por último, interesa acumular, por razones económicas, el máximo de leño en los fustes (y dentro de él en las trozas de mayor diámetro, como se verá más adelante), la optimización del crecimiento dinerario instantáneo de una masa forestal de pino insigne regular y monoespecífica requiere armonizar el efecto que se produce entre el número de pies por unidad de superficie, o densidad de plantación (de quien depende una ocupación adecuada del suelo) y la altura que tiene la copa verde en buen estado vegetativo.

Por todo ello, una optimización de la producción dineraria en una plantación regular y monoespecífica requiere que a lo largo del turno de producción (y en cada período del mismo) se dé una idónea relación entre el número de pies por unidad de superficie, o densidad, y la longitud del fuste ocupada por ramas verdes (versus, longitud de fuste sin ramas).

Como la densidad en una masa de árboles plantados linealmente y a marco fijo no es una variable que se pueda manejar de forma continua sino a través de saltos periódicos, a fin de mantener una distribución superficial homogénea a lo largo y ancho de la parcela -sólo así se podrán conseguir fustes homogéneos en diámetro y altura- y como una vez realizada una clara transcurre un período de tiempo (mayor o menor según la intensidad de aquélla) hasta que las copas de la masa principal ocupen (en su caso) de nuevo todo el suelo, la concepción de una repoblación y la conducción de la masa creada a lo largo del turno es de un gran empirismo por la cantidad de variables que inciden en la maximización del objetivo pretendido por el propietario. Todo esto resulta aparentemente de gran complejidad, pero el auxilio de tablas de producción para la especie que interesa (pino insigne) y para la comarca geográfica (en Galicia puede haber varias comarcas geográficas para el pino insigne), por una parte, y el asesoramiento de un facultativo con buena formación en selvicultura y en economía, por otra, facilitarán y simplificarán la decisión.

Los elementos fundamentales del proyecto de repoblación a realizar con pino insigne son la calidad de la estación, la forma de preparación del terreno, la calidad y condiciones de la planta a utilizar, el número de pies por unidad de superficie a implantar y su distribución geométrica iniciales, así como las condiciones en que se realizarán a lo largo del turno los tratamientos selvícolas y cuáles serán estos. Y, como es lógico, de la demanda que existe de los distintos tipos de madera en el mercado.

No obstante, al menos en estaciones de buena calidad, la organización de una masa regular y monoespecífica deberá pretender a la vez:

    1. Que la relación entre la altura (dominante) de la masa y el diámetro del fuste sea la menor posible, siempre que la ocupación del suelo sea la adecuada y la homogeneidad de los fustes sea la máxima. Como en aquella altura no es posible influir con tratamientos de vuelo, un diámetro normal medio de la masa elevado requiere mantener el menor número de pies por unidad de superficie.

    2. Que hasta llegar a una altura adecuada de fuste limpia de ramas se practique la poda con pequeña periodicidad (un año, dos años, máximo cinco).

Con ambos objetivos cumplidos simultánea y satisfactoriamente se alcanzará un coeficiente de forma (o se crearán fustes con la forma) idóneo para que tanto la proporción de tronco sobre el volumen total leñoso del árbol como la calidad tecnológica de los fustes de la masa se optimicen (con criterios económicos).

 

 

2.3 EXIGENCIAS TECNOLÓGICAS DE LA ROLLA

En nuestros mercados los destinos comerciales más frecuentes de la madera de pino insigne son la chapa plana, el desenrollo, la sierra y el astillado. Destinos secundarios son la apea de minas y las estacas para cierres. Cada destino tiene distintas exigencias en cuanto a la longitud de la troza, diámetro menor sin corteza de la misma, rectitud de la troza, ángulo dominante de la fibra en relación con el eje del fuste, condición, cantidad y situación de los nudos, densidad de la madera, etc. Para una especie determinada, como el pino insigne, de estas cualidades unas dependen de la calidad genética de la planta, otras de la estación y otras de la selvicultura que se practique.

Cuanto más exigentes son las condiciones tecnológicas de la rolla según el destino industrial respectivo, más elevado es el precio que alcanza el metro cúbico de la especie, en nuestro caso, del pino insigne. La calidad de la rolla para todas las especies comerciales tiende a ser normalizada por las organizaciones profesionales y a ser de obligado cumplimiento las normas correspondientes en las transacciones o mercado. A modo de síntesis de las exigencias tecnológicas de la rola de pino insigne, en el cuadro adjunto se recogen algunas especificaciones elementales relativas a los caracteres genéricos o formales de la rolla, a la anatomía de la madera y a los nudos.

La longitud de la rolla se mide a lo largo de las generatrices entre las secciones de troceado más próximas.

La curvatura se mide en la sección media de la troza como la distancia del eje real de la troza y la línea recta que une los centros de las secciones extremas.

La conicidad se mide por la diferencia en centímetros entre los diámetros medios de las dos secciones extremas de la rolla en relación con la longitud de la troza.

Cuando se trata de madera destinada a chapa plana, desenrollo y sierra, en el rendimiento de madera útil para el destino industrial principal en relación con el volumen de leño de la troza influye de forma muy importante el diámetro del cilindro útil.

Al menos para algunos casos, como el desenrollo, la situación del eje geométrico de la rolla en relación con el eje longitudinal de los anillos de crecimiento tiene una enorme importancia. Este defecto se produce cuando el cordón medular no ocupa el centro de la sección transversal. Es originado bien por la fuerza del viento (dominante), bien porque el árbol está inclinado o porque hay una iluminación muy diferente de una generatriz del fuste a la opuesta.

Curvatura y conicidad

Curvatura y conicidad

La inclinación de la fibra en relación con el eje del fuste es debido a factores genéticos, principalmente; ciertos autores indican que algunos factores estacionales también pueden influir en esta característica. Medida la inclinación de la fibra por la pendiente que forma con el eje del fuste, a partir de pendientes superiores a 1:15 el precio de la rolla para la chapa y sierra disminuye muy sensiblemente. En el orden práctico, el selvicultor no puede influir en esta condición a menos que elimine los árboles con fibra revirada en las claras que practique.

EXIGENCIAS TECNOLÓGICAS DE LA ROLLA
CARÁCTER CHAPA PLANA DESENROLLO SIERRA ASTILLA APEAS ESTACAS
Longitud (m.) troza ----- ----- 2.50 2.00 5.50 1.50
Curvatura mínima mínima mínima ----- mínima baja
Conicidad <1 cm/m <1 cm/m <0.5 cm/m ----- <1 cm/m -----
Diámetro menor(cm. s. c.) 35 30 12 4 6 6
Eje centrado centrado ----- ----- ----- -----
Fibra recta recta recta ----- ----- -----
Nudos sin nudos sin nudos, a no ser cilindro central ----- ----- ----- -----

Los nudos pueden ser vivos y muertos; los primeros están integrados en la madera pero el cambio de dirección en la fibra crea, al ser mecanizado, defectos que dificultan el cepillado y el pulido al formar asperezas.

Los nudos afectan decisivamente al destino y al precio de la rolla de pino insigne. Como se indica en otros capítulos, las ramas de esta especie tienen un gran vigor vegetativo y la poda natural es muy deficiente; además, las ramas secas permanecen mucho tiempo, relativamente, en el árbol y, si no se cortan, crean nudos muertos.

Los nudos muertos originan discontinuidades que pueden inutilizar la rolla para ciertos usos como el desenrollo, la chapa plana, la utilización de tablas y tablones como viguetas sometidas a tracción, etc.

El grado de depreciación de la rolla por nudos verdes y secos depende del diámetro del cilindro interior en el que están presentes, del diámetro del nudo, de su longitud, del número de nudos y de la distribución de estos a lo largo de la rolla. La poda de ramas de masa de pino insigne debe hacerse, cuando así proceda, en tanto el diámetro del fuste a la altura de la rama a cortar sea inferior a 8/10 cm.; en tal caso, los nudos, sean de rama viva o muerta, tendrán un pequeño diámetro; el número real y su distribución dependerá de la calidad genética de la planta (y de la actividad de los insectos perforadores de yema).

 

Los precios de la madera según destino industrial y calidad tecnológica

Los precios de la madera están evolucionando constantemente y no hay unas tendencias claras que informen de cuál será la evolución futura. En un momento determinado, los precios más fiables para indicar el valor relativo entre los distintos usos industriales de la rolla son los que tiene el metro cúbico sin corteza correspondiente en parque de fábrica (cuando la madera se transforma en nuestra región) o el que tiene en cargadero de estación de ferrocarril o a bordo de barco (en otro caso). Por su parte, la unidad más fiable y más precisa, aunque sea la menos usada por las dificultades que entraña en algún caso su empleo, es el volumen de la rolla sin corteza. Cuando la madera tenía un gran valor, en Galicia -al menos en parte de Ourense- se utilizaba una unidad muy precisa: el palmo. El palmo mide el rendimiento de la troza en tabla, una vez que es aserrada; no se tomaba en cuenta el valor de los subproductos, quizá porque entonces tenían muy poco o ningún precio. En el País Vasco la madera de pino insigne de sierra se mide todavía hoy siguiendo una norma que determina también el rendimiento de la rolla en tabla.

Clasificación de la rolla en una serrería antes de ser despiezada

Clasificación de la rolla en una serrería antes de ser despiezada

Los precios medios vigentes en Galicia para la rolla de pino insigne en parque de fábrica durante el tercer trimestre del año 1998, momento en el que redactamos estas notas, son las que figuran en la cuarta columna del cuadro de precios adjunto. Admitiendo un determinado volumen de corteza medio por metro cúbico de rolla según destino industrial, el precio de la rolla con corteza en parque de fábrica correspondiente figura también en el mismo cuadro. A partir de este precio, y descontando el coste de los procesos de transporte, carga, desembarque, troceado, desramado y apeo (sin descortezado en ningún caso), así como el de eliminación de restos de corta y beneficio comercial correspondiente, se estima el precio medio del metro cúbico con corteza en pie de la rolla para cada uso industrial.

PRECIO MEDIO EN 1998 EN GALICIA DEL METRO CÚBICO DE ROLLA DE PINO INSIGNE SEGÚN DESTINO INDUSTRIAL Y CALIDAD TECNOLÓGICA
DESTINO INDUSTRIAL CALIDAD TECNOLÓGICA % DE CORTEZA PRECIO EN FÁBRICA DE ROLLA COSTE DE EXPLOTACIÓN PRECIO EN PIE DE ROLLA (redondeado)
pts/m3 s. c. pts/m3 c. c.
Chapa plana ----- 10 27.940 25.145 3.330 21.815
Desenrollo ----- 11 19.425 17.289 3.500 13.789
Sierra especial 12 17.670 15.550 3.550 12.000
Sierra primera 13 15.885 13.820 3.610 10.210
Sierra segunda 15 14.290 12.146 3.725 8.421
Sierra tercera 17 12.670 10.517 3.885 6.632
Astillado ----- 19 10.445 8.460 4.165 4.295
Fuente: Asociación Forestal de Galicia. 1998.
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