Estudio de evaluación técnica de
Repoblaciones Forestales
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5. RESULTADOS POR ESPECIES

5.4. Roble americano (Q. rubra).

Plantación de roble americano de 1 año de edad sobre un prado abandonado, con preparación del terreno mediante laboreo y excelente crecimiento en altura. De esta especie se midieron un total de 22 parcelas. La superficie de las parcelas medidas supone un total de 32,05 Ha., teniendo la mayoría de las parcelas entre 0.5 y 3 Ha., con una distribución por zonas que no es representativa porque muchas de ellas fueron buscadas al finalizar las mediciones por falta de datos de esta especie.

La mayoría de las plantaciones se establecieron en terrenos poblados de vegetación de tipo matorral y más en concreto formaciones de tojo-retama (60% de las mediciones), seguido de terrenos de prado (un 32%), situadas en altitudes que van de los 350 a los 850 m. y con pendientes que no suelen superar el 20%.

Se ha observado (Fig.4) que las plantas cuya edad se sitúa entre 1 y 3 años alcanzan los 2 m. de altura y entre los 3 y 4 años los 2,5 m. Con el fin de tener datos complementarios sobre crecimiento en altura se incluyó una parcela que tenía una edad de 6 años a pesar de que no se había plantado con las ayudas de la Consellería de Agricultura. Esta parcela tenía una altura de 3,76 m. Como se puede ver, los crecimientos en altura al principio son pequeños, en torno a los 50 cm./año si se tiene en cuenta que la planta que viene del vivero suele tener entre 1,25 y 1,5 m. de altura, y a partir de los cuatro años es algo mayor.

Figura 4.- Distribución de alturas en función de la edad.

La mayor parte de las parcelas medidas están sobre suelos profundos (60-100 cm.) y tienen texturas franco-arenosas o franco-limosas, abundando más las primeras.

De igual forma que en otras especies de este estudio, la planta suele proceder de viveros permanentes y sólo en algún caso se desconoce el vivero de procedencia por haber sido adquirida a intermediarios o en ferias. El tipo de planta más utilizado es la planta a raíz desnuda de dos savias, aunque hay algún caso en el que se utilizó planta en envase de dos savias con contenedores de pared rígida con volumen grande, siendo las procedencias más utilizadas:

  • Litoral Vasco-Navarro (aunque ésta es realmente una procedencia de Fagus sylvatica y no de Quercus rubra).
  • Galicia (frecuentemente la fuente de semilla es un rodal de esta especie en Becerreá).
  • Holanda NL-2

De todos modos no hay suficientes datos en general ni de alguna zona en particular para afirmar de un modo coherente que es más frecuente el uso de alguna de ellas en concreto.

De forma general se puede decir que el método de desbroce más empleado es el desbroce mecanizado por trituración y el laboreo como método de preparación del suelo. El empleo de este método de desbroce es lógico si se tiene en cuenta, como ya se dijo, que la mayoría de las plantaciones fueron realizadas en terrenos donde había matorral como vegetación preexistente. Si cruzamos el dato vegetación preexistente con los métodos de acondicionamiento del terreno previos a la plantación debemos decir que en las zonas que estaban a matorral se hizo mayoritariamente un desbroce por trituración seguido de un subsolado y en las zonas que eran prados se realizó un laboreo sin desbroce previo.

La fertilización es una práctica poco común en esta especie en la provincia de Lugo. Es bastante frecuente la realización de desbroces posteriores a la plantación con el objetivo de eliminar la competencia sobre las plantas recién instaladas, empleando generalmente fresadoras y desbrozadoras.

Los marcos son extraordinariamente variados, comprendiendo desde el 3x2,5 m. al 5x5 m., lo que se corresponden con densidades iniciales que van desde los 400 a los 1330 pies/ha., sin que predomine ninguno de ellos de forma clara, aunque son algo más frecuentes los marcos de plantación amplios. Este hecho puede deberse al elevado precio de la planta, por lo que los propietarios prefieren marcos más amplios para evitar así un excesivo gasto en planta.

Daño producido por corzo en roble americano al frotar los cuernos contra la corteza del árbol. De modo general se puede decir que los propietarios son conscientes de la necesidad de realizar tallas de formación aunque por la edad de la plantaciones aún no hayan comenzado a ejecutarlas.

Los porcentajes de fallos más elevados encontrados en las parcelas medidas se derivan de daños producidos por la fauna silvestre, esencialmente el corzo (al frotar sus cuernos contra la corteza de las plantas), o por el ganado doméstico, que comen los brotes. La acción de los animales tiene dos consecuencias: o bien muere la planta dando porcentajes de marras elevados (la única parcela con un porcentaje de marras superior al 35 % tiene daños producidos por el corzo), o bien la planta resiste el ataque pero tiene crecimientos bajos en altura. En parcelas sin daños el porcentaje de marras es inferior al 10 %.

Se aprecia una falta de aplicación de protectores ya que sólo en una se usaron, siendo, en este caso, tubos de plástico biodegradable de 1 m. de altura, y en otra se realizó un cercado con alambre de espino al observar la aparición de los primeros daños.

Hay que apuntar también que los crecimientos en altura son bastante malos en aquellos suelos cuya profundidad es inferior a los 60 cm.(Tabla 17).

Tabla 17.- Resultados de crecimiento en altura en función de la profundidad del suelo.

  

 Profundidad del suelo

Crecimiento

<30 cm.

30-60 cm.

60-100 cm.

>100 cm.

BB

0

0

0

0

B

0

1

4

1

R

0

1

0

1

M

0

2

4

0

MM

0

3

4

0

 Por último habría que mencionar que en lo referente a preparaciones del suelo parece que hay una superioridad, en los crecimientos, en las parcelas en las que se realizó un subsolado o un laboreo frente a las preparaciones puntuales de tipo ahoyado.

 

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