Estudio de evaluación técnica de
Repoblaciones Forestales
Índice
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5. RESULTADOS POR ESPECIES

5.6. Castaño del país (Castanea sativa).

Plantación de Castanea sativa de 3,5 años de edad con buen crecimiento en altura. Contamos con 17 plantaciones en las que se realizaron mediciones en la provincia, que ocupan un total de 14,35 Ha. de superficie, que supone un 1,88 % del total del terreno medido. El castaño se encuentra repartido por el suroeste de la provincia, en las comarcas de Becerreá, Fonsagrada, y especialmente Quiroga; en donde esta especie representa la mayor parte de las plantaciones.

Fundamentalmente se suele emplear en repoblaciones en prados, dato avalado por el muestreo realizado, que refleja que estas plantaciones ocupan prados en un 75% de los casos seguidas de las plantaciones sobre tojal (20%).

Las altitudes a las que se han encontrado parcelas oscilan entre los 580 y los 1050 m., siendo la mayoría de 3 ó 4 años, aunque se incluyeron algunas parcelas de mayor edad con el fin de tener mayor información sobre la tendencia del crecimiento en altura a pesar de que estas parcelas no estaban incluidas en las Ordenes de ayudas de la Consellería de Agricultura. Nos encontramos con una gran variabilidad en cuanto a los resultados de crecimiento en altura con la edad (Fig.6), teniendo a los 1-2 años una altura de 0,65 m., lo que supone un incremento en altura escaso ( la altura es poco mayor a la talla media que tiene la planta empleada: 0,5 m.); con tres años y medio nos encontramos con dos parcelas cuya altura superaba ampliamente la media. A los cuatro años se alcanza como talla media los 2,5 m., siendo a partir de esta edad cuando el incremento de crecimiento en altura se hace importante. De todos modos hay parcelas que se apartan mucho de esa norma general.

Figura 6.- Distribución de alturas en función de la edad.

La textura de los suelos sobre los que con mayor frecuencia suelen asentarse las plantaciones de esta especie es la franco-arenosa, con un 75% de los casos, seguida de la franco-limosa y la franco-arcillosa con un 12,5% cada una de ellas, estando generalmente sobre roca madre pizarrosa.

En la mayoría de las plantaciones no se ha llevado a cabo ningún tipo de desbroce, siendo prado siempre la vegetación preexistente de estas parcelas. Las únicas parcelas en las que se realizó un desbroce previo a la plantación han sido algunas (cuatro) que estaban cubiertas anteriormente por tojo, en las que se realizó un desbroce mediante laboreo o bien manual con podón u otras herramientas. La preparación del terreno más habitual es el ahoyado (94%) debido a las elevadas pendientes en las que se encontraron las plantaciones (el 56% de ellas tenían una pendiente superior al 40%), que imposibilita la mecanización.

Las densidades oscilan entre los 400 y los 1600 pies/Ha., siendo las más frecuentes las de 800 a 1100 pies/Ha.

Salvo raras excepciones las marras son inferiores al 15%. Unicamente aquellas parcelas en las que se produjeron daños por corzo superan estos porcentajes e incluso llegan al 50%. Los desbroces posteriores son frecuentes en esta especie (el 57% de las parcelas estaban desbrozadas con posterioridad a la plantación), apreciándose que los desbroces químicos dan buenos resultados cuando se han aplicado.

En definitiva, se ve una tendencia a utilizar castaño en prados, variando obstensiblemente los crecimientos.

En general se puede afirmar que esta especie posee buenos crecimientos siempre que no esté limitada por la profundidad del suelo, la competencia herbácea o tenga marcos de plantación amplios (que podría suponer el ahorquillamiento de las plantas siempre que no se realicen tallas de formación).

También hay que tener en cuenta que buena parte de la planta empleada en las repoblaciones con esta especie estudiadas no procede de vivero sino que es obtenida en soutos próximos, por lo que la planta no suele ser de gran calidad. Además suelen producirse daños en la extracción de ésta en el monte. En estas plantaciones con planta de mala calidad podría ser interesante aplicar el método del recepe, para conseguir, una vez instalado el sistema radicular, que el rebrote adquiera mayor vigor y tenga menor probabilidad de bifurcación.

Se aprecia que en las parcelas en las que se realizó la preparación del suelo mediante laboreo el crecimiento en altura es bueno o muy bueno.

Parece existir una relación también entre el crecimiento y la altitud a la que está instalada la plantación (Tabla 20), encontrándose que a menos de 900 m. los resultados son buenos, y aún mejores cuando la plantación se encuentra por debajo de los 700 m.

Del mismo modo se aprecia la influencia de la profundidad del suelo en el crecimiento, siendo este mejor en las parcelas cuya profundidad del suelo es superior a 60 cm. La mayoría de las parcelas menores de 60 cm. de profundidad son de mala calidad. Esto puede observarse en la tabla que se adjunta(Tabla 21).

Tabla 20.- Resultados de crecimiento en altura en relación con la altitud.

 

Crecimiento

Altitud

BB

B

R

M

MM

500-700 m.

0

5

0

2

0

700-900 m.

1

2

1

0

0

900-1100 m.

0

0

1

3

0

Tabla 21.- Efecto de la profundidad del suelo sobre el crecimiento en altura.

  

Crecimiento

Prof. Suelo

BB

B

R

M

MM

30-60 cm.

0

1

0

4

0

60-100 cm.

1

4

2

1

1

>100 cm.

0

2

0

0

0

 

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